Círculos superpuestos, unidos, mezclados,
que son continentes limitados de espacios
que agobian, irritan, pero en el interior están
los sentimientos, buenos o malos, ocupando
su perímetro, apretados sin ángulos.
Concentricas figuras que mutan los espacios,
y sus formas que por parecidas se tornan
esferas, como pelotas de goma, que rebotan
como locas, que se tocan, como llamado de
de vida, o de alerta peligrosa.
Círculos en todas las superficies, en forma
de cristal en el vació de la copa, que a veces
esta completa, otras media llena, y algunas
quiere estar rota, pero ahí cambia y pasa a
ser una banda elástica, que se estira,
que intenta cambiar su figura, y se dilata en
tus manos y las miás, amenazada por las
miradas que farolean soltarla, para lastimar
las manos, los brazos abrazados y el alma, y
se trasnforma en anillo, pero no de oro
sino de esos de simbolismos deportivos que
quieren ser juegos de paz, de confraternidad,
pero en nuestro caso solo vale la lucha libre,
de ideas, de palabras, a ver quien de tan pero
tan inteligente destruye y daña.
Círculos que nos contienen, que habitamos
necesariamente, sin querer romperlos, sin
querer estar en ellos, pero permanecemos y
es esta nuestra verdad, nos gusta estar ahí
y hacemos duelos y festejos.
Ruben Mangiagli
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Círculos y esferas.
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