No puedo desear la paz, si la guerra me provoca
someterme a la ceguera de la disputa , donde la
sin razón gobierna, y destruye en pocas palabras
lo que el corazón hizo poema.
No puedo desear la guerra, si la paz después es
mucho mas efímera que ella, si la bandera de
color blanco, solo marcan treguas, si después
no hay acuerdos que se encadenan.
No puedo vivir entre la guerra y la paz, decidir
que prefiero, si vale ganar la batalla con la
ironía de las palabras, y quedarme con el
vació, porque no gané nada.
O plantear las bases donde las batallas por más
tambores de guerra que tengan, solo sean eso,
disputas de espacios, que por sobretodo jamas
comprometan las metas.
Pero lo peor de todo esto, es que no puedo
tomar yo solo una decisión, que para una pelea
se necesitan al menos dos, aunque quieran lo
mismo en un solo corazón.
Si pudiéramos construir los estados donde ya
no sea necesario que haya una guerra, que no se
se firme ninguna paz, ya no habría mas dilemas,
y las manos solo serian para acariciar.
Ruben Mangiagli
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Guerra y paz.
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