Supongo que no he sabido amarte,
que nada había aprendido,
que la entrega y los actos no son suficientes,la poesía no supo hablar, compró momentos de tu amor
y yo no lo sabia,
que el contrato de alquiler de tus sentimientos tenia su
fin, lo infinito era efímero, y que no tenia
argumentos para retener tus besos.
Quizá fue que tu historia nada tiene que ver con la miá,
que cuando yo digo algo no necesito repetirlo,
y creo en todo lo que hago,
esta claro que me equivoco,
porque sé muy bien que la palabra error la inventé yo,
pero aun sabiendo eso me confundí en el juego,
te entregué mi alma y mis sueños,
y los instantes que eran eternos
fueron minutos de segunderos.
Hoy comprendí la diferencia entre tú y yo,
del por qué de todo esto,
de tantos desencuentros,
yo soy débil en muchos de los sentidos,
sobre todo el que gobierna las sensaciones de lo físico,
pruebo otros cuerpos, me gratifico, no me inmovilizo,
mis años se van terminando,
y no pierdo el tiempo en duelos de amores perdidos.
En cambio lo tuyo es diferente,
o lo fue conmigo,
dijiste muchísimas cosas con palabras, metáforas,
que jamas me quisieron
no sentías lo suficiente, o quizá tus recuerdos te
pudieron, pero así como yo me marcho a otros cuerpos,
tú abandonas los proyectos, te entregas a otros abrazos,
a otros sentimientos, olvidas fácil
y juegas con otro de nuevo.
Los versos se terminaron ... mi alma por suerte ha vuelto.
Ruben Mangiagli
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Constricción del alma.
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