Que tus orgullos se calmen en los míos,
que los míos se apaguen en los tuyos.
Que la historia tenga historia , que
las visiones sigan estando, más alla del
ridículo de las palabras, de los gritos
con fuego quemados.
Que no dejemos escapar el tiempo, que
curemos las heridas, como hacen los
perros, y que la mirada de pena de los
ojos ya no mute hacia la ira, para que
no seamos recuerdos
Que la memoria prive sobre la mente,
que la parte buena prefiera los cuerpos
desnudos a la coraza y la espada, y que
por una vez, solo una vez, nos callemos
y que no nos clavemos la daga, hablemos
con silencios, evitando la nada.
Ruben Mangiagli
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Mensajes de humo.
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