Capitulos.


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Es necesario que los libros de los días
te terminen, mas allá de un
buen principio,
mas acá de un mal final.

La hojas se tornan amarillentas por el
tiempo si no se vuelven a
leer, quedan
huérfanas de presentes que

se fueron, a veces sin querer, otras en
pasajes de un olvido que
no quisimos y
ni pudimos imaginar.

Nada es eterno, tampoco se acerca al
para siempre, es parte
de vivir creciendo
aunque no quede piel en el cuerpo.

Cerrar un capitulo, que al final es un
epílogo más, comenzar de
nuevo otro,
esperando no tener que

escribir de nuevo un final sin anunciar.




Ruben Mangiagli.


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