Me adueñe del mar sin darme cuenta,
en su orilla mis ojos perdieron los días.
Es tan inmenso pero igual lo hice mio,
quizá porque la noche refleja en sus
olas lo oscuro de tus ojos, quizá porque
es el único lugar donde poder guardar
el tamaño de nuestro olvido.
Me hice parte de su arena para intentar
perderme en ella, ser solo un grano que
ya nadie vea, para que la marea me
aleje y llegar a otras tierras, que no sea
tu piel , que el viento no pueda formar
la silueta de tus piernas, y la memoria
te desaprenda en mis manos añejas.
Me quede solo con las estrellas y son
tantas que no encuentro la tuya, y eso
me desespera, es perderte en una noche
que fue nuestra . Mar, noche, cielo y
la certeza que aunque me apropie del
planeta, aun así no estarás, ni idea de
donde estas, ni de que tanto te aleja.
Tengo todo y no te tengo, es el vació
que se hizo nada, donde la sal quema
mis letras hasta hacerlas parte de las
aguas, soy el mar muerto donde estos
versos navegan en la incertidumbre de
ser naufrago pisando solo tierra y me
ahogo en mi propia tristeza.
Ruben Mangiagli
No Comments
Mar muerto.
.