Descansa mi hombría en cada parte de tu cuerpo,
como si fuera un mensaje, algo divino,
una suerte de milagro inesperado
donde mis deseos se desencadenaron.
Mi urgencia te pertenece cuando estas a mi lado,
orgullo de macho,
respeto de hombre que sabe que mujer está
a su lado,
la que siempre había esperado entre sueños y
ensayos en otros brazos,
como si fuese un aprendizaje simulado
entre sabanas de amores olvidados.
Ya no descansa mi hombría de nuevo, se ha
despertado, y se apronta para
darte placer y yo consumarlo en tu escalera
de orgasmos encadenados,
que el saber de mis años sabe encaminarlos y que
nos lleva en caída libre hacia
el cielo que habita en tu vientre tan mimado
por mi sexo, mi lengua y mis manos.
Ruben Mangiagli.
© 2012
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Cada parte de tu cuerpo.
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