Mezclemos el aliento,
preludio de un beso,
de una palabra,
de un te quiero.
Juguemos con los cuerpos
y que se nos escape el tiempo.
Boca contra boca
como si fuera
un desafío
donde los dos perdemos.
Vencidos y victoriosos en
el arte de tenernos y poseernos.
Que las manos se
junten en la
infinidad de
los dedos,
y la caricias sean tantas
que se confundan en los verbos,
donde hacer sea
decir aun te
debo otro
sueño.
Y que las sabanas sean
banderas de tregua traicioneras
y los labios agotados
aun muerdan la
necesidad de
la urgencia,
Agotados empecemos
de nuevo, por
obra y gracia
de tu cuerpo
y al milagro del amor
le sumemos otro rato de sexo.
Ruben Mangiagli
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Donde.
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