Soy como una barca en alta mar,
un cometa de piel y huesos que el viento sabe llevar
y mi libertad lleva tu nombre
que me enseña a conjugar el verbo amar olvidando
esos pretéritos que un día se
esfumaron en tus ojos donde se mezclan las miradas
de deseo y amor, y soy noche
de tu mediodía y vos sos la luna que eclipsa mi sol.
Quererte como te quiero y que
mi cuerpo se funda para dejar de ser dos, como si
un día pudiéramos reinventar
la creación de Dios, haciendo un paraíso donde la
manzana me la des vos y la
tentación sea la justificación del pecado y el perdón,
y que al final seas la isla donde
encallo, y el pirata que soy deje sus hábitos, para
ser solo el hombre que se
merezca tus besos y así olvidar lo que es el dolor.
Ruben Mangiagli.
© 2012