Espero arrinconado tu andar de
felina, para que me atrape
en esta noche tan
extraña,
donde el cazador ya no caza y
se esconde a tu vista
como victima
entregada,
la ciudad duerme cansada en
la quietud de una luna clara
que te invade y
recarga.
Me entrego, pero ya no hace
falta, con solo mirarme
me declaras propiedad
privada,
caminas despacio, descalza y
sin ceremonias te doy mi
cuerpo y te regalo mi
alma,
aunque todo era tuyo desde el
día que mis ojos se rindieron
ante tu mirada de
gata.
Ruben Mangiagli.
© 2013
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Ojosde gata.
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