Te quiero
desde adentro, en los costados,
y los rincones,
en los ángulos muertos,
esos que guardan malos recuerdos.
Te quiero
por la noche, de día, en la mitad de
de una tarde
o en cualquier estación
que nos toque en esta vida.
Te quiero
porque sos todo y cuando una
mujer es todo
ya no existe nada más,
solo el deseo
de hacerla feliz y que
te permita conjugar
el verbo amar.
Ruben Mangiagli
©2016
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Las adyacencias de un te quiero.
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