Hay sentimientos en las farolas, una
extraña sensibilidad en las
luces que parecen
hablar de historias de amor,
las ventanas murmuran viento y alientos
que fueron de besos antiguos
se mezclan en esta
melancolía vieja que carcome
mis horas sin sueño,
tantas puertas y ninguna se parece a las
que quiero, una se abra a sus ojos,
otra se cierre a mi destierro,
las veredas se cruzan como costillas en
una coraza que esconde secretos
tan ciertos de locuras y deseos
de amantes que se detuvieron contra
paredes que derramaban
sudor de urgencias
y desvelos,
camino como siempre y la espero,
la ciudad parece estar tan viva y yo
tan muerto
o quizá solo es que mi cuerpo está
cansado de
echarla tanto de menos
y hasta mis pasos la extrañan cuando
mis manos sostienen
el recuerdo de los que nos falta,
ese abrazo que esfume el abismo del
tiempo.
Ruben Mangiagli
©2016
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Caminando desvelos.
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