Tengo
muchas miradas se reflejaron
en
los espejos,
algunas
fueron de brillos de cometas y
remontaron
vuelos,
se
fueron,
pero
otras se quedan,
esas
negras que oscurecen a veces las
pupilas
de mis ojos,
permanecen
en ellos como el color de
un
río que anhelo.
Ya
nada sorprende mi mirar, a veces y
otras
tanto creo
estoy
ciego.
Las
memorias se perpetúan en todo lo
que
vieron,
cemento,
flores, personas, ciudades y
hasta
el infierno
de
un silencio,
como
si tuvieran mil aristas de hielo
frío
eterno
han
congelado los cuerpos mis manos
acariciaron
y no
echan
de menos.
Pero
aun le faltan una visión, parte
de
un sueño,
la
de sus ojos mirándome sin miedos
tan
añejos,
un
solo instante
para
que dejen de ser ese recuerdo de
verde
tierra que
no
tengo y poder cerrar un tiempo los
parpados
cansados
de
esperas
y
desasosiegos.
Ruben
Mangiagli
©2016