A veces ignoramos que al otro lado de una puerta, sólo a unos cuantos pasos de la sala de estar, hay un mundo distinto que nos parece ajeno. Un mundo poblado por seres diferentes, que se buscan los unos a los otros, que se emparejaban, que se agrupaban, que comparten la felicidad y la desdicha, las decepciones, los anhelos, las frustraciones, las expectativas cumplidas o no.
La vida.
A veces todo es tan simple como abrir una puerta para atrevernos a sentir estamos vivos.
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La puerta
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