Sientes que todo se cayó,
no hay castillos de arena que no se los
lleve el mar,
no hay castillos de arena que no se los
lleve el mar,
de cristal no se quiebren,
de rocas no se desgasten,
de rocas no se desgasten,
qué más da si hay infierno o cielo si
todo está en ti y te habita,
todo está en ti y te habita,
nadie te puede ya juzgar.
El silencio es un acero que las miradas
no pueden pasar,
no pueden pasar,
pero yo te veo igual.
Quizá estés demasiado cansada, y el
miedo te apriete hasta que
no de más,
miedo te apriete hasta que
no de más,
demasiado hermosa, demasiado orgullo,
pero igual sientes que el tiempo
se va,
y los fantasmas del dolor te rodean y se
quedan a tomar el té
quedan a tomar el té
mientras mis manos no te pueden
abrazar,
abrazar,
aferrate, sostente,
no te alejes y que las lagrimas salten
aunque ya no quieras llorar.
aunque ya no quieras llorar.
Si puedo ayudarte a respirar todo mi
aire tendrás,
aire tendrás,
que las sombras con nombre propio
pierdan su identidad.
pierdan su identidad.
Déjame enseñarte la próxima señal, ya
no tienes que escapar,
no tienes que escapar,
si pudieras ver con mis ojos, escribir
hasta que tus manos
no sufran más,
hasta que tus manos
no sufran más,
tu corazón me volvería a amar,
déjalo, no tienes que pensar,
y que las visiones de nuestro pasado
se esfumen en espejos no las
puedan reflejar,
se esfumen en espejos no las
puedan reflejar,
quiérete, quiéreme,
porque la vida es muy corta para que
no nos volvamos a encontrar.
no nos volvamos a encontrar.
Ruben Mangiagli
©2017
©2017