El mar sigue tragando
gritos
en silencio,
y el viento se hace niebla
que
se será tinieblas,
tan inexorablemente como
el
horizonte que jamas
llegará a la tierra,
en el bao quedan flotando
las
almas, los sueños,
la identidad sin visa ni
documentos,
el futuro solo es un manto
cual mortaja
que ya nadie reclama,
en el agua se hunden los
seres que solo
conocen la desgracia,
sin orden ni argumento,
sin distinción de razas,
hombres fuertes, mujeres
fértiles y los
niños huérfanos de
suerte,
algunos llegarán a la
playa y se harán
retratos de un horror
que se olvidarán mañana.
Ruben Mangiagli
©2017