He visto los ángeles caer
del cielo
sin tocar el suelo
queriendo llegar al
infierno,
a los mejores escritores
sucumbir
a la tentación del halago
como si la eternidad de
sus
propias palabras no les
alcanzara,
las calles con vagabundos
ricos y
perdidos sin tener donde
ir,
a los que no tenían que
pedir perdón
hacerlo,
y los aborrecibles
festejarlo
mientras los censores
cortaban
párrafos para no ofender
a
Dios,
caminar a los ignorantes
como si el
desconocimiento del dolor
tuviera
buen sabor,
y me he visto a mi mismo
en un poema
de amor aborrecido sin
razón.
A veces creo que he mirado
todo lo que
hay a mi alrededor,
pero no, sigo buscando en
los rincones de
las esquinas de la noche,
en libros aun no escritos,
en el tiempo
que se consume con una
copa de licor,
a esa mujer que calme la
locura de
de mi corazón
viejo, roto, partido en
dos, con solo una
mirada de verde tierra que
borre el
pasado que me atrapa
en esta melancolía de
desconciertos de
cuerpos me abrazan sin
amor.
Ruben Mangiagli
©2017