Elección.


.

Te abres, esperas,
te veo, 
desespero,
es como un juego,
que no tiene
dueño
ni reglas,
ni elementos,

no hablamos de
sentimientos,
ni de amor
ni versos,

es sexo por sexo,
un nosotros
sin partes
de los géneros, es

el placer de cada
espacio de los
cuerpos,
las identidades se
pierden entre
los dedos

y si estamos muy
enamorados,
es también deseo
sin culpa,
sin miedos.

Intimidad de dos
si queremos o
la elección de
vivir cada
momento,

como si fuera el
ultimo,
como si fuera el
primero.


Ruben Mangiagli





Su voz-


.

De pronto sentí como si una bola de nieve me golpeara en mi propio infierno, los sentidos se mezclaron y ya no pude definirlos, una palabra que abrió mi cabeza como una bala, la metamorfosis del tiempo en un mínimo segundo en mi consciencia, y me sentí vivo, y supe que no podría definir jamas el efecto de su voz en mi. 


R.M




Pstillas para esperar.


.

Quizá me tome un Ibuprofeno,
no pierdo nada con
intentar,
dos copas hicieron que mi
alma
te extrañara más.

Es un dolor raro que no sé ni
como contar,
no pasa por el corazón
te aseguro que ahí
todo está normal,

te amo tanto que la felicidad
la veo en cualquier
lugar,
un intangible que puedo
tocar.

Es el cuerpo que no me deja
descansar, me duele
no tenerte,
no poderte acariciar,
palpar,

me tiemblan las manos por la
soledad, te hecho
de menos,
y te hecho muchísimo
de más,

tomar una pastilla que haga
que el tiempo
se evapore,
y todo sea realidad en un
beso

que resuma la espera de un
amor
que duele sin lastimar,
en cada palabra si
no estás.


Ruben Mangiagli.





Victoria y las flores.


.

Ella dejo escapar las flores de sus cabellos una noche cualquiera, confiaba en el viento, claro que no pensó que llegarían tan lejos, que cruzarían un mar que después se hizo océano, que su aroma despertaría en mi la necesidad del regreso, y que el amor haría el resto.


R.M





Ese día.


.

Sintieron lo que siempre habían temido, se llenaron de humo de una mañana que no conocían. No tuvieron que reconocer ni palabras, ni autorias, no hubo juicios ni condenas. Los olores de las tostadas se disiparon agrios, insurrectos, anónimos, dejaron de ser reconocibles, antes
había pasado con el café que había perdido el aroma y algunos meses en un pasado que casi ya no recordaban con el vino que desapareció de todo ritual, el tiempo había vencido sin desfiles ni alegrías. Ambos supieron que sucedería ese día, la ultima coincidencia de los dos, ya no quedaban ideas, ni helado de chocolate en la nevera, todo sucedió de la manera correcta, era como si el vacío en bloques de nada ocupara cada rincón de la casa.
Así que eso era la muerte del amor?
Las miradas que se habían buscado una eternidad se esquivaron y la cobardía reclamo su lugar por primera vez, ninguno dijo adiós, ninguno ya volvió a esperar.


Ruben Mangiagli





La historia de Flora y Gatomate. XXXIV


.


A media luz

Ay mi Gato, me mira con esa mirada tan suya que me derrite y me enamora, se apaga una luz, solo queda la de la luna mirona y me susurra al oído palabras gatunas que solo nosotros entendemos, me hace cosquillas con sus bigotes y yo muero; porque es tanto lo que siento y es tanto lo que lo quiero que mis cuatro patas no alcanzan para envolverlo. Y me erizo en la penumbra, donde solo nuestros ojos brillan entre polvo de estrellas fugaces, pidamos un deseo me dice emocionado; el mio ya está cumplido, sos todo entero y solo vos, mi amado Gato.

V.D.





Libertad.


.

Corre el viento en la carretera
libera los miedos y siento
el aire en mis venas,

no cuento los caminos sino las
veredas de las ciudades
que he visto

donde ella llora en aceite las
millas como gotas negras
que liberan mis penas.

Nunca sé donde termina cada
ruta, hacia donde me
lleva, es mi vida

en cada instante, mi historia
que se hace leyenda
como un cuento

nadie cuenta, que conozco yo
en cada huella, es
un amor único,

un compromiso sin reglas, sin
leyes ni controversias,
un sillín de cuero

gastado que a veces y solo a
veces divido si
quiero con

una mujer que lo entienda y
que jamas está solo
si en el camino

lo comparto con otros viven
de esta manera, una
moto, un amigo,

y que todo lo demás se pierda
entre mortales que no
son semidioses

como nosotros que inventamos
la libertad subidos
a dos ruedas.


Ruben Mangiagli





Difuso.


.


Quiero probemos cada hoja del
árbol del 
sexo,
el fruto que nosotros solo vemos,
sin excusas,
sin preguntas,
sin cuestionamientos
y darle la forma del amor que nos
une de
un extremo al otro,
entre
suspiros y gozos
ser la sombra oscura de la razón,
el desconcierto
de los cuerpos, ser
la verdad inapelable de
que los sentidos
son el porque vivimos y sentimos
en un secreto
compartido,compartirlo
los dos o no
en un encuentro donde las manos
no tengan dueños,
preguntas ni
recuerdos.



Ruben Mangiagli.




Tormenta.


.

Escuché la tormenta sin pensar,
hice del agua que caía
un manantial,
para seguir creyendo
sin cuestionar
que la naturaleza tiene alma de
mujer
es tenaz,
complicada,
inesperada,
disfruta de la libertad como si
el tiempo jamas
se fuera a terminar.

La tempestad es mujer y a los
hombres solo
nos queda
esperar,
solo esperar
que el temporal no nos vuelva
a ahogar,
respirar,
aguantar y
benditos
los que tienen Fe que pueden
rezar.

Diluvio que llega sin esperar y
yo con un paraguas chino
me quiero cobijar
y aguantar.



Ruben Mangiagli.

© 2013



Gotas.


.

Donde está el texto que busco,
que se quebró en las puntas de
mis dedos,

que mis labios susurran una y
otra vez como un esquirla que
hizo centro.

Me pregunto si seré capaz de
contarle a alguien que siento
en días como estos,

si mi espalda ha soportado el
desgaste del tiempo efímero y
el que no corre con

el viento, por qué mis manos
hoy solo son apéndices de un
cuerpo que solo

entiende que te quiere aunque
mis versos se hundan en las
costillas de un

corazón que te siente en cada
gota de la sangre que recorre
mi cuerpo.


Ruben Mangiagli

© 2013




Sin por que.


.

Puedes preguntarme como siento el amor
cómo te quiero,
qué es lo que me gusta de vos.

Buscar las respuestas en mis ojos y en
los tuyos,
en la mirada de los dos.

Imaginar que es porque escribo un poema
he aprendido a amar
y a esperar sin esperar nada más.

Quizá te mires en el espejo e intentes sin
poder adivinar que
parte de vos me gusta en verdad.

Pensar tal vez son tus manos que saben
escribir como las mías
sin tener miedo, sin claudicar.

O que sean tus piernas que me pierden en
el deseo más infinito
en las noches que no puedes olvidar.

Es probable que sea una mezcla de lo que
a veces piensas,
que intuyes y me lo demuestras.

Pero las respuestas son más simples y son
muy concretas sin
equívocos ni moralejas,

te quiero porque te quiero sin atajos, sin
vueltas, y me gustas
porque estas terriblemente buena.



Ruben Mangiagli.

© 2013




Sentir la locura.


.

Déjame sentir esta 
locura
que al final es la
única vida
que me toca soñar.

Aun creo en todo
lo que
vale la pena
creer,
que un niño es la
esperanza
de que
todo no termina
en un ayer.

Que nadie logró
contar
las estrellas que
hay,
que existen
millones que aun
no podemos
mirar

Que en verano
puede nevar
y las estaciones
se pueden
cambiar
de lugar si
sabemos amar,

pensar que el
mundo en nuestra
cama podemos
reinventar y que
una
caricia vale más
que
las malas palabras
solemos pronunciar,

déjame amar en
esta libertad
que supera el
genero
de la sexualidad y
si me
quiero maquillar
ponte
los bigotes y vamos
a caminar

porque no importa
que nos
puedan mirar, si
solo vos y yo
sonreímos en
el beso que jamas
nadie se
atrevió a dar,


Ruben Mangiagli.

© 2013




La historia de Flora y Gatomate. XXXIII


.

Cuentos.



Primero cuento, después pienso, soy un gato que digo mis palabras al viento, y tiene razón Flora que no sé guardar un secreto de nuestras charlas de mi verano y de su invierno. Es que me divierte ella con sus pensamientos y me aleja del aburrimiento del resto del día que la espero, sos un gato buchón me dice, pero yo respeto nuestros sueños, nuestros deseos, esos no los cuento porque son muy nuestros ni tampoco las cosas guardamos en las latas de sardinas y atunes que van de un extremo a ningún lado, porque no tenemos finales anunciados, improvisamos, y que la vida nos vaya dando esos delirios que tenemos de creernos gatos humanos, y reírnos de nosotros sin hacer ningún daño.



RM





La historia de Flora y Gatomate. XXXII


.

La guerra.


Flora tiene un día de esos, que por ser mujer levanta su bandera roja de cada mes y lo que es naranja la pone verde, si le digo hola me responde chau, donde estuviste Gato que te vi por todos los muros y en ningún tejado?, dulcemente le digo te amo y responde sin pensar, una cosa no quita la otra, es la contradicción del color que nunca se va crear.. La batalla se aproxima... se oyen los tambores y ella se pinta para la guerra ..., yo retrocedo y no encuentro la puerta, ella se acerca y mis palabras vuelan pero no llegan, no hay manera, usa toda la artillería de gata guerrera y sus celos que nunca puedo poner en vereda me atacan, me acorralan, no dan tregua , y yo como gato valiente me escondo hasta que pase la tormenta y ella me diga, hola mi vida, no te hagas problemas ya me conoces y te quiero, pero si te veo con otra seras el gato capado mas grande del universo.




RM





Duelo de dos.


.

Uno, dos, veinte pasos y giramos
apuntamos besos que
provocan dolor,

el aire pesa en la habitación solo
uno ganará la victoria
de los dos.

Equidad de equilibrio para haya
un justo vencedor y un
digno perdedor

Mujer hombre, hombre mujer y
en la temida espera poder
resolver.

Un cuerpo cae sobre otro, sin
saber de quien es, y
sentir que

morir es vivir otra vez, que los
besos perforan la
piel

y solo los labios curan heridas
de placer que mezclan
sabores sin ayer.


Ruben Mangiagli.

© 2013





La historia de La Fe.


.

Es posible que algún dios exista
sé muy bien que es solo Fe,
una cuestión de creer,

pero yo no lo vi, solo figuran en
libros escritos por hombres
que atestiguan

una historia que quizá fue otra
historia, una forma de
esperar

que lo que las personas no saben
solucionar, algo superior
tal vez lo hará.

Buscamos algún Santo Grial para
escapar de la muerte siendo
alguna eternidad

y no vemos lo que importa de
verdad, que la respuesta
es saber amar,

disfrutar cada día un poco más
que alguien nos quiere
sin cuestionar.

Es tan simple la idea de mi Dios,
que habita tus ojos cuando
me sabes mirar

y en mi nacen palabras que no
sabia pronunciar, un
milagro

que supera lo que las escrituras
no me quisieron jamas
enseñar

que el tiempo permanece en las
estrellas y nosotros estamos
de paso y nada más.


Ruben Mangiagli.

© 2013





Acaso.


.

Necesito una caricia,
no de cualquiera,
tiene que ser de tus manos,

que se acerquen a mi
propio olvido
surcado de precipicios y

abismos.

Que entiendan mi
memoria sin dudas
ni esperen
paraísos prometidos.

Es que acaso los hombres
no sabemos llorar
ni de tristeza
ni de felicidad.

Un toque que me diga en
tus dedos que
sin estar siempre estarás,

que acerque mi alma al
lugar que habitás,
sentir parte de tu bondad.

Es que acaso los hombres
no sabemos expresar
la carencia,
la necesidad.

Te extraño y no se explicar
con palabras
un sentimiento

que lleva cada letra de tu
nombre
cada parte de tu verdad.




Ruben Mangiagli

© 2013




La historia de Flora y Gatomate. XXXI


.



Flora al revés.


Vamos a tratar de entender porque Flora es una gata al revés, que es toda amarilla y en su centro no lo es, será que tiene tantas pecas que confunden su piel y yo jamas me enteré. Es como su mente de gata que se cree mujer y su sensualidad transluce el color del té, y cuando es mujer es tan gata que lo que quiere hoy no la conformaba ayer, y yo la leo, la escucho, la miro y el tiempo se recupera otra vez. Puede que sea como dice su escritor preferido que a las mujeres no hay que entender solo las tenemos que querer, pero ella y yo somos gatos y no sé que hacer!
En nuestro inmenso mundo nada es lo que es, y yo confieso que si ella me mira yo me dejo y ella sonriendo me dice Gato hoy te dejas hacer, y la luna esa noche sale de día para guardar un secreto que en ningún espejo se puede ver.



RM




La historia de Flora y Gatomate XXX


.


Amor de novela.



Todos conocen a Gato, él es muy popular; saben que es trasnochador, bohemio y sabedor de rimas como de latas de sardinas, se sabe que es astuto y conocedor y pocas cosas se le escapan cuando analiza fumando su pipa. Pero como buena Flora lo enredo entre argumentos que solo yo entiendo con mi ronroneo mezclado con bufidos enojados; le muestro las garras, le doy un zarpazo y rodamos juntos en algún balcón olvidado. Me tenés cansado, me dice con ojos dilatados; y si, lo canso con mis repertorios de gata mexicana, o venezolana, de novela centroamericana, pero algo pasa en medio, algo que nos une sin remedio; una fuerza de amor, deseo, pasión de gatos no tan gatos que juntos son eternos, y necesitan mucho más que siete vidas para entender ese misterio.




V.D.




La historia de Flora y Gatomate. XXIX


.

Cuerda.


Una noche como cualquiera de luna media, a veces en algunas veces paramos el tiempo y todo se aquieta, olvidamos el vértigo de los saltos de muerte de las peleas que van más rápido de azotea en azotea y nos pierden en dilemas ya resueltos pero de puro gatos damos vueltas y vueltas como si de pronto ambos quisiéramos pararnos sobre la misma baldosa vieja, y solo el amor nos pone en vereda que luego se llena de tallos erguidos entre girasoles que se desean y Flora agotada me dice, Gato seguime que descubrí una nueva cuerda, y yo como ella es cosa seria, la sigo para ver que me muestra y en silencio vemos que el mundo es nuestro aunque quepa en ocho techos y algunas escaleras que son un espacio único donde yo soy su rey y ella mi princesa y aunque nadie entienda la viceversa así somos, gatos que se creen humanos, personas con almas de gatos que se encontraron casi sin darse cuenta.




R.M.