A media luz
Ay mi Gato, me mira con esa mirada tan suya que me derrite y me enamora, se apaga una luz, solo queda la de la luna mirona y me susurra al oído palabras gatunas que solo nosotros entendemos, me hace cosquillas con sus bigotes y yo muero; porque es tanto lo que siento y es tanto lo que lo quiero que mis cuatro patas no alcanzan para envolverlo. Y me erizo en la penumbra, donde solo nuestros ojos brillan entre polvo de estrellas fugaces, pidamos un deseo me dice emocionado; el mio ya está cumplido, sos todo entero y solo vos, mi amado Gato.
V.D.
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La historia de Flora y Gatomate. XXXIV
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