Imagine un mundo partido en dos,
de un lado estabas vos
del otro yo,
sentí el tiempo en mi piel, en mis
manos que escribían
al revés,
y las metáforas eran realidad donde
la poesía moría antes
de nacer,
un mundo por un lado cruel, donde
todo lo que yo había hecho
nunca fue,
un mundo por un lado bueno, que
podía conocer sin sentir
iba a perder.
Fue entonces donde me pregunté
si las pruebas de un amor
son pruebas de Fe,
que pueden unir dos parte de una
tierra por mas lejos
ellas estén.
Sé que necesitas mis ojos ver en
una imagen que se
pueda mover
desde la luna de tu ombligo hasta
donde el sol se oculta sin que
nadie lo pueda ver.
Y quizá no sepas que añoro igual
todo lo que no pudimos ni
una vez tocar,
para que la palabra extrañar solo
dure un segundo y no toda
una eternidad.
Ruben Mangiagli.
© 2013
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El rose de tus manos.
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