Ella sintió el anonimato del placer
de las manos de nadie
del goce de todos,
la libertad del cuerpo sin tener en
cuenta los sentimientos
ni los miedos.
el saber puede regresar a los viejos
imperios de los sentidos
en el medio
sin extremos, sin consentimientos,
ser mujer para ella
para otros,
para su amor que la cuida mientras
la siente propia,
su dueño,
porque la pasión es de la piel y el
corazón se esconde por
un momento.
Ruben Mangiagli
© 2013
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Imperio.
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