Vale la pena intentarlo,
darlo todo, repetir para no
aprender, sin lecciones ni manuales,
equivocar el camino y
descubrir uno jamas nos
hubiéramos atrevido a imaginar y
sonreír aunque duela,
darnos cuenta que no
podemos llorar por lo que jamas
hubiera sucedido ni sucederá.
Correr en vez de caminar
para llegar
antes a cualquier lugar, respirar por
respirar, que vivir
cuesta mucho más que perder el
tiempo y
creer que todo se va a solucionar.
Hacer antes de dejar pasar y dar la
mano sin que
un amigo
la pueda necesitar y a la noche sí
soñar, porque los
sueños a veces se hacen
de una realidad tan tangible que
podemos
tocarla y no dejarla escapar.
Es verdad que
todo cuesta, pero si no gastas tus
huesos, nadie lo
hará y es mejor no morir en
el intento, porque pelear con todos
es fácil, pero desafiarse
a uno mismo es de valientes
y solo si tienes huevos te animaras,
así pasan los días
una de arena y una de cal y un
beso robado que nunca devolverás.
Ruben Mangiagli.
© 2014
Intentar.
.
Si vas a decirme.
.
por favor
hoy no me lo digas,
¿ Sabes que pasa ?
Es que nada parece cambiar,
la primavera avanza
y las flores llenan las plazas,
nadie lo notaría
solo yo y
mi soledad que es tremenda e infinita.
Déjame no saberlo, aunque sea solo
por un momento,
es una tarde de tanto sol
y mi sombra
horrorizada se escaparía,
y resulta que mi alma
se fue con vos y
a mi me quedaría solo el tiempo que
le resta a mi cuerpo que poco a poco
parte de
mis dedos
en cada palabra
que ya no lees y escribo
por el vicio
ridículo de llenar
tantos espacios de puntos suspensivos.
Si vas a decirme que ya no me quieres,
que no sea tampoco esta
noche y me dormiré
tranquilo y prometo
despertarme
sumergido en el
olvido
por voluntad y
sin reservas sabiendo que te he perdido.
Ruben Mangiagli
Regalo.
.
Te regalo todas las fotos que nos sacamos,
los besos, incluidos los de las
manos cuando jugábamos,
los olores de los jazmines, la farola donde
nos besábamos,
también los momentos, las miradas, la luna
que aprendió tu nombre en las
noches sin pronunciarlo.
Casi todos mis sueños donde estabas, mis
insomnios de madrugada, la cama
que nos esperaba,
el té de las cinco impuntual como vos con
tus labios con gusto de mermelada.
Puedo darte todos los te quiero que te dije
por si lo extrañas una tarde
gris de lloviznas,
la cenas compartidas mientras me contabas
lo trivial e importante de
tus días.
Puedo dejarte todo, menos mi amor, eso
me lo quedo por si regresas,
por si me necesitas,
no vaya a ser que vuelvas y yo por darte
todo tenga las manos vacías.
Ruben Mangiagli
No es malo.
.
Es bueno no tenerla
reconocerlo sin reconocerla,
que el recuerdo no sea
un puñal de vidrios rotos y
filosos que se hace añicos
en el olvido de los besos
que no se dieron.
No es malo perder su
voz callada de tos y alientos
sin ecos de sonidos
de premoniciones y
silencios que
arruinaban cada uno
de mi intentos.
No sentir los gritos
contenidos de los llantos que
cansados vencían
sus sueños,
ese dolor perpetuo,
fijo,
añejo,
que envenenaba
los cuerpos.
Por eso mi cobardía
de no tenerla y la crueldad
de dejarla ir
sin que mis manos
hablen en letras
del amor que se fue
y ya nada queda,
que lo extraño sea
no saber que hacer con ella
mientras mi café
se repite en una
frecuencia
donde la
memoria se evade
en el humo de un
cigarro que no
sabe de esperas.
Ruben Mangiagli
Perdida.
.
el cielo puede que igual,
las nubes vienen y van,
en formas parecidas a nada que me
hagan recordar.
Un horizonte sin más allá
tan inmediato que casi lo puedo tocar,
calendarios y estaciones,
peajes de tiempo que no debo pagar.
Horas sin minutos que se acumulan
en mis pasos sin caminar,
pero la luna no está,
se quedó en tus ojos,
se disolvió en tu piel,
para otros quizá brilla en promesas
de amor,
que jamas se cumplirán, es el riesgo
de amar,
perder mucho más de lo
que se da,
sin poder reclamar
la ceguera del alma
que se hace pasado de olvidos que
no sabemos acumular
en nuestras simples manos cansadas
de escribir palabras
que no nos atrevemos a pronunciar.
Ruben Mangiagli
Miradas.
.
A veces pienso en las miradas
que regalé,
donde quedaron las imágenes
en cada mujer,
cuando fueron de consuelos y
compartieron
su dolor y se hicieron abrazos
de amor.
Hasta con mis ojos cerrados
aun así las vi
en sueños que no realizamos
y escaparon.
Si las visiones que tuvieron
ellas en mi
se quedaron, si ahora en mi
memoria
son como la carne y piel que
cubre esta
soledad que a veces pesa con
los años.
Las que dijeron te quiero, te
extraño,
las que cruzamos en la pasión
sin manos,
¿Donde quedaron las miradas?
Hoy no las encuentros aunque
busque en cada
rincón en baúles de escritos y
mamarrachos,
en el espejo solo estoy yo que
no me veo,
a veces creo que hasta mis ojos
me olvidaron.
Ruben Mangiagli.
Tu nombre en la lluvia.
.
Miércoles, llueve sobre Valencia,
apaciblemente,
solo un trueno rompe
la monotonía del gris de un cielo
que de tan cerrado solo
se escuchan sus quejidos
que se reflejan sobre los charcos
y las hojas.
Caen las gotas ahora más intensas,
y su desprolijidad se
asemeja a tu mirada
aunque no tengan
el color de tus ojos de verde tierra,
ni tu presencia,
en el suelo forman recuerdos
efímeros pero firmes
y ciertos.
No se escuchan los pájaros, es así,
como si hubieran
emigrado,
pero te tengo,
un instante te respiro eres aire y
viento entre mis costillas.
Por extraño que parezca la lluvia
hoy te trajo más cerca
tanto que el agua
que entre mis dedos
se resbala, se queda
un momento entres mis manos y
si las estiro te acaricio
pero no te tengo,
¿Acaso es todo parte de mi locura?
Puede ser,
pero llueve
de tal forma que la llovizna es
similar a tu cuerpo,
no quiero que pare, ni las nubes sin
saber dejen de crear tu
nombre
porque
todos los miedos del presente es solo
uno que me parte,
el de no verte y extrañarte sea
siempre.
Ruben Mangiagli
Decepción.
.
En el color de mis ojos
fueron
ardiendo los errores
y la decepción no me
sorprendió
aunque llegó sin
previo aviso,
ni anunciación,
era como una carta de
amor
que jamas se escribió
y linea tras linea
en borrador
mis labios repitieron
renglón a renglón
los silencios que se
formaron
entre las palabras
que nadie pronunció,
fueron mis propios
abrazos
en mi espalda lo que
confundió
mi mirada en el espejo
que tenia pegada la
imagen de
mi rostro mil veces
cada mañana
y entre los olvidos
forzados de
mi respiración el
aire era de un extraño
hedor
como si la muerte
pudiera
caber en un vaso de
licor.
No, ya no me atrapa
la decepción
porque aprendí a
dejarla sometida entre
cada paso
que doy,
y sonrió
por todo
lo que no tengo y que
nadie jamas me
ofreció.
Ruben Mangiagli.
Las palabras de los días
.
seda para extrañarte,
y dormí envuelto en tu recuerdo
esperándote,
una a una se sumaron y cobraron
vida, sentimientos,
fueron reflejo del presente y así
no murieron,
en versos de añoranza, de dolor
y tormentos,
perdoné,
a vos,
a mi,
a nosotros.
Los silencios fueron solo gritos
para despertar
porque el amor pudo más que el
rencor,
de esa manera justifiqué los años
de mi cuerpo,
de tanto no saber amar creyendo
que todo
lo podía y que ganar era perder y
la soledad
era tan profunda que no valía ni
la idea,
ni el esfuerzo para escapar de la
historia,
del final,
del soñar
sin empezar.
Y no te perdí, nos encontramos
en la oscuridad.
Ruben Mangiagli
La lógica del amor.
.
Te amo, no tengo fisuras ni desengaños,
como se ama esas cosas
oscuras que habitan en
las lineas que creamos entre
el cuerpo y el alma,
aunque nunca me hayas dado un abrazo,
te deba cada beso que
no nacieron de mis labios,
en la distancia y el hartazgo
de la soledad
que pesa mas que todas las palabras de
las paginas de un
diccionario, donde todos
los significados no explican
como te extraño.
Claro que te amo, aunque yo no pueda
casi repetirlo
y vos necesites oírlo a
diario, en un café, en las
manos y las miradas
que siempre se buscaron, sin explicar
como el amor es
necesario más allá de la
suma de los momentos que
nos unieron y separaron.
Ruben Mangiagli
La viceversa de las letras.
.
Yo, que me adueñé de las palabras
con la soberbia
de la inexperiencia
de quien no es ni ha sido poeta,
que hice de mis letras disimulos
de vivencias para
que otros encuentren
en ellas sus propias creencias y
use todas las mascaras y caretas en
noches que no
fueron carnavales
para ocultar mi no alma, mis no
penas que de tan viejas ya no había
en ellas recuerdos,
ni memorias cicatrizadas,
ni derechos, ni reversos siquiera.
Yo, que todo lo puedo en la nada y
en el todo que no
importa si los caminos
son solo senderos de viceversa,
que da lo mismo quien los vea, los
mapas se borraron
entre tanto cansancio
que agotó la piel de mi conciencia,
en este momento, en este lugar sin
reclamo ni quejas
declaro la muerte de
de mi poesía, de todos los poemas,
para que unas manos más amables
sanas y completas
reescriban los versos
de amor que se murieron con ella.
Ruben Mangiagli
Puedes.
.
No dejes un dolor se haga
niebla
en tus ojos,
que las costillas atenacen
tu respiración,
que tus labios no sellen
un amor,
el destino no está escrito,
las lineas
de las manos no se cruzan
si las tienes inmóviles,
puedes retroceder,
puedes retomar,
equivocarte una y
mil veces más.
No importa lo que
dijiste
o lo que dirán,
siempre puedes perdonar,
volver a comenzar,
porque,
por más alta la montaña
sea el cielo
jamas lo podrás alcanzar
te lo tienes que inventar,
en una mirada,
en una sonrisa,
en un te quiero o ese
abrazo no te atreves a dar.
Ruben Mangiagli
El silencio de los parpados.
.
Necesito la amabilidad de las palabras
y el pensamiento,
que los actos sean concretos en cada
silencio de los parpados
para que las visiones superen miradas
de tierra vieja
y los nuevos caminos no se llenen de
mustias silabas
gastadas y repetidas que consumen la
fe de mi esperanza.
Que mis labios separen las angustias
como si fueran manos
porque estoy cansado del aire áspero
que llena mi boca,
del aliento del desaliento va sumando
repetidos miedos
de fantasmas que creía eran pasados
de momentos muertos.
Necesito encuentres, no, mejor dicho
que encontremos
todas las letras que nos unieron sin
sonetos ni versos,
porque también las estoy perdiendo
en este idioma
que desconozco en esta noche larga
donde la poesía
negra mancha mis dedos matando
en un genocidio
inedito cada uno, cada parte, todos
mis sueños.
Ruben Mangiagli
© 2014
Tristeza.
.
Bajé mi tristeza por tu cuerpo
pero extrañamente
subía y descendía en el
medio de tu pecho,
mis manos hicieron círculos en
tus médanos
y respondieron
haciendo castillos erguidos
calientes como
el hielo.
Los sentimientos fueron cada
uno cambiando
hasta el punto de unir
cada extremo de
los deseos pactaban mis dedos.
Mis labios amargos de tantos
dolores apilados
aprendieron tu sabor
intenso,
sal de océanos y la aspereza
de la arena aprendida
con el tiempo,
y mi melancolía hizo centro
en el punto
exacto de tu medio
y comprendí que mi tristeza
se alejaba de mi
muerte para contagiarme el
éxtasis que
dividía tu espalda
uniendo las caricias quietas
y mudas que
creaban nuestras almas.
Ruben Mangiagli.
© 2014
Por eso.
.
Por eso tengo que andar en el tiempo
para encontrarte en los instantes
que tanto te imagino,
sabiendo que cada paso venidero es
ya parte de la historia
empezamos a escribir.
Es por tu mirada que mis estados van
por los estadios de la vida
de muchos o de tantos,
son como las agujas del reloj que se
esfuerzan en ir para
adelante, a pesar
de que nuestros deseos las quieran de
a poco retrasar,
avanzan
y día tras día marcan las doce, y no
hay como evitarlo, siempre
se van.
Así me pasa con vos, los momentos y
las razones cambiaron,
mutaron
las palabras, los versos, los libros, mis
manos y hasta la punta
de mis dedos
ya no son lo mismo, soy inedito en vos,
soy un desconocido en mi
que tiene
que aprender a quererse para quererte y
no renunciar a la impaciencia
de los girasoles.
Por eso te necesito, por lo que no sale en
estas palabras, por lo que
mis silencios te
confiesan solo a vos para abandonarme
en este amor que me
consume la muerte.
Ruben Mangiagli.
© 2014
Sábado.
.
Necesito conectar con tu belleza
que mis ojos traspasen
tu cuerpo,
tu piel
y muestres tu alma para apagar
este dolor,
que tu sombrero me proteja del
sol que no quema
de amor,
quedarme
en tu vestido enredado en cada
nudo
de su encaje y aprender detalles
de la memoria
de tus formas
y vértices,
olvidando la distancia que separa
esta unión
y decirte tan cerca que te quiero
como se quiere lo
que importa,
sin razón
ni justificación, con mi manos y
mi corazón.
Ruben Mangiagli
© 2014
Merito.
.
Me sumergí en los más oscuros
acordes del tiempo
donde los sonidos eran ecos
de los muertos.
Hundí mi barca en el medio
del mar, un día de sol
después de la tempestad
y fui faro que nadie quería ver.
Cambie los colores sangre en
el degrade de mi
bandera, hasta que fue solo
tela de orgullosa
rendición.
Junte el dolor en pedazos e
hice retazos
que jamas pudieron
remendar mi corazón.
Hice de la asonancia blanca
mis versos sin rimas ni
acentos organizados,
solo escribí por escribir.
Y te espere,
¿ Es eso el merito de mi amor ?
Sí.
Porque solo se espera una
vez, una sola vez se encuentra,
y todos lo demás fue ilustrarme
para un día
aprender a querer.
Ruben Mangiagli
© 2014
Instantes.
.
A veces y solo a veces me pasa así
que quiero ignorar
lo que mi cuerpo expresa,
que el dolor físico no sea la única
consecuencia del
transcurrir de mis años
sobre mi piel
y los huesos que me sostienen, que
mis manos se
disocien de las palabras y tengan
la fuerza para
cambiar el tiempo con golpes del
rigor de mis
verbos dormidos y no ejercidos.
Otras y solo otras veces me pasa
que creo tengo un
alma que me habita perdida,
que los recuerdos al fin son solo
eso, memorias
de rincones sin dueños,
y soy un hombre
completo que vive los momentos,
que lo me resta
es mejor que todos los relojes que
en mi muñeca
consumieron los instantes de cada
sentimiento que
pierdo en el silencio de los sueños.
Siempre.
.
Cuando los ríos inunden los caminos
y todo sea barro,
si las ciudades desaparecen encandiladas
por un rayo de ceguera,
donde las estrellas se pierdan una noche
para no volver
y la luna nueva sea eterna oscuridad en
las tinieblas
que se tiñe de pesadillas de sueños que
no deseas,
y los miedos sean tan fuertes que doblen
tus piernas,
ahí estaré,
Cuando las aguas bajen y la orilla
se vista de hierba,
si las ciudades cuantan en sus calles los
amores sin esperas,
donde los luceros formen tu nombre en
las constelaciones
y la luna brille copiando el color de tus
ojos verde tierra
y todas la promesas acumuladas en mis
manos sean la
realidad que consuma cada palabra cada
parte de mis poemas,
ahí estaré,
siempre.
Ruben Mangiagli.
© 2014
Mis besos.
.
Tengo los besos como el cuerpo,
pueden abrazarte,
decirte te amo,
correr detrás de tus labios, sentir
que son como manos
que te buscan
aunque los tuyos estén entre los
rincones más oscuros
abandonados.
Tengo los besos como huesos y
son firmes, seguros,
concretos,
puedo elegir como quiero sean,
solo lengua de
un idioma
que pronuncia todos los verbos
del deseo y es
sexo,
o quizá que habiten mi pecho y
sean coraza de
tus miedos.
Tengo mis besos para tu cuerpo,
como los quieras,
como te quiero,
son solo tuyos, yo no soy dueño
ni de pocos ni
de ninguno
cada uno lleva tu nombre como
impronta de destino
oculto.
Ruben Mangiagli.