Miércoles, llueve sobre Valencia,
apaciblemente,
solo un trueno rompe
la monotonía del gris de un cielo
que de tan cerrado solo
se escuchan sus quejidos
que se reflejan sobre los charcos
y las hojas.
Caen las gotas ahora más intensas,
y su desprolijidad se
asemeja a tu mirada
aunque no tengan
el color de tus ojos de verde tierra,
ni tu presencia,
en el suelo forman recuerdos
efímeros pero firmes
y ciertos.
No se escuchan los pájaros, es así,
como si hubieran
emigrado,
pero te tengo,
un instante te respiro eres aire y
viento entre mis costillas.
Por extraño que parezca la lluvia
hoy te trajo más cerca
tanto que el agua
que entre mis dedos
se resbala, se queda
un momento entres mis manos y
si las estiro te acaricio
pero no te tengo,
¿Acaso es todo parte de mi locura?
Puede ser,
pero llueve
de tal forma que la llovizna es
similar a tu cuerpo,
no quiero que pare, ni las nubes sin
saber dejen de crear tu
nombre
porque
todos los miedos del presente es solo
uno que me parte,
el de no verte y extrañarte sea
siempre.
Ruben Mangiagli
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Tu nombre en la lluvia.
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