La misma noche y algunas estrellas,
el cielo puede que igual,
las nubes vienen y van,
en formas parecidas a nada que me
hagan recordar.
Un horizonte sin más allá
tan inmediato que casi lo puedo tocar,
calendarios y estaciones,
peajes de tiempo que no debo pagar.
Horas sin minutos que se acumulan
en mis pasos sin caminar,
pero la luna no está,
se quedó en tus ojos,
se disolvió en tu piel,
para otros quizá brilla en promesas
de amor,
que jamas se cumplirán, es el riesgo
de amar,
perder mucho más de lo
que se da,
sin poder reclamar
la ceguera del alma
que se hace pasado de olvidos que
no sabemos acumular
en nuestras simples manos cansadas
de escribir palabras
que no nos atrevemos a pronunciar.
el cielo puede que igual,
las nubes vienen y van,
en formas parecidas a nada que me
hagan recordar.
Un horizonte sin más allá
tan inmediato que casi lo puedo tocar,
calendarios y estaciones,
peajes de tiempo que no debo pagar.
Horas sin minutos que se acumulan
en mis pasos sin caminar,
pero la luna no está,
se quedó en tus ojos,
se disolvió en tu piel,
para otros quizá brilla en promesas
de amor,
que jamas se cumplirán, es el riesgo
de amar,
perder mucho más de lo
que se da,
sin poder reclamar
la ceguera del alma
que se hace pasado de olvidos que
no sabemos acumular
en nuestras simples manos cansadas
de escribir palabras
que no nos atrevemos a pronunciar.
Ruben Mangiagli