Voluntariado.
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Cobarde corazón.
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No sabia que tenia el corazón
tan cobarde,
que un domingo
te iba a extrañar
y otro
también,
que la venganza de lo que fui
al final ibas a ser vos,
que tus labios no los iba a
olvidar,
y que por mas salga a caminar
jamas te volvería
a encontrar.
Que me sentiría como un
perro de la calle sin domesticar
que las caricias jamas
me volverían a gustar.
Mis manos que nada quieren
tocar solo saben
escribir,
pero mi alma esta partida por
la mitad,
y que me dolería tanto saber
que tu caderas
se mueven a otro compás.
Al final para siempre duró
algunos versos y
poco más,
y que a pesar de
que ningún juez iba a firmar
nuestro adiós
te ibas a ir
igual,
que este escrito no lo iba a
poder terminar
porque dentro de una semana
será domingo de nuevo
y me quiero guardar algunas
palabras
por si te recuerdo
para que esta lluvia que llevo
por dentro
me deje de ahogar.
Ruben Mangiagli
©2015
El pudor de las letras.
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La literatura del beso.
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La persistencia de la lluvia.
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La sosobra de la ausencia.
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recuerdos.
Ese otro.
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La rosa de Sant Jordi.
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entre abierto pero aún no leído,
Seguir.
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Los huecos invisibles.
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diagnósticos o cura,
las manos aun escriben,
los ojos distinguen imágenes,
y la memoria aunque
confusa existe,
es algo invisible que
recorre mis huesos y se
queda contra mis costillas, en
el punto medio entre
mi coraza y
el deseo.
ángulos
del tiempo,
mis abrazos que se
quedaron estáticos,
mis pasos que sin destino
desgastan mis zapatos.
tengo, que habita
tan en mi, en lo profundo
de mi cuerpo,
aunque yo lo disimule
y mis palabras se cubran
de huecos.
©2015
El rey.
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La ilustración de un no.
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Se anulan los sentimientos, caducan en el tiempo,
es ver por una ventana un huerto que es desierto,
que de tanta arena es la imagen del
destierro.
La negación de lo posible se palpa en todas partes,
en el aire, entre cada suspiro, en el espacio de las
letras que se hacen sonido.
No es desamor, eso seria algo, al menos
consecuencia
de haber sentido, entonces si se deshace se pierde
pero sino queda nada solo es el no
incrustado en negativo.
Un no breve, contundente que hace del tiempo un
juguete, un no dicho claramente que no
da dudas ni preguntas,
el final de un amor que no perdura, solo queda un
vago recuerdo que no espera, algo no escrito
que no deja ni un nombre entre
todo lo perdido.
Ruben Mangiagli
©2015
También puedo.
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Puedo decirte que desde que no estas
pienso todos los días en vos,
eso no cambió perdura más allá de la
lejanía y el dolor,
Que te quiero igual, siendo y tal cual
era estando los dos.
Sos todas las agujas de mi reloj y el
tiempo que me sobra de amor,
un calendario que empezó un mes de
junio y no se acabó,
al menos en mis letras que te escriben
del derecho y el revés,
entre horas, con el desayuno y el café.
También puedo decirte que una noche
de febrero morí de amor,
pero un mes cualquiera reviví en letras
que conoces y relees
para esperarte aunque no me esperes y
buscarte aun sin verte,
que me importa un carajo si un día me
quisiste mucho
o si ya no me quieres, si tenes un amor
de consuelo
o si decís que ahora tu corazón tiene en
vos otro dueño,
porque nos conocemos y sabemos que
lo que fue nuestro
no lo puede matar el tiempo, solo quedó
dormido
entre todas estas estaciones de olvido y
malos sueños.
Ruben Mangiagli
©2015
Gato.
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pierdo letras que desaparecen
entre el mediodía y el
ocaso,
las repisas indecisas de párrafos
que son míos y de
otros.
solo son agujas que consumen
la vida sin casi
enterarnos.
de una sola vida escribo parte
de mi historia en
una poesía
todos vividas, el amor, soledad,
imaginando momentos
de felicidad,
o no pocos lo sabrán quizá ella
lo lea y vea reflejos
que no están,
trepando estanterías esperando
unas letras la vuelvan
a atrapar,
conmigo porque quiere mientras
le escribo un poema
sin final
nueva y vieja, mientras bebemos
un té perdidos en una
biblioteca.
©2015
Una estrofa.
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de la mitad
de la mitad,
con estas ganas de
nada
y todas de vos,
y sin embargo
un quizás que cubre un
adíos
como si no nos
hubiéramos perdido
en esta
espera
que es lo unico que nos
quedó,
Entre el frío de las estaciones
.
Fotos y nubes.
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Cómo, aun, todavía
.
Inequívoco.
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de mi madrugada
y el final de
tu otoño.
Heridas.
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Tengo cicatrices en el cuerpo
algunas de juegos,
otras mejor ni lo cuento,
son como tatuajes de
historias
vividas que por
suerte puedo narrar,
los mapas de mis tiempos, de
los malos, los buenos
y los que no recuerdo.
Pero la más grande se
escapa
a los ojos ajenos,
es la que llevo por
dentro,
me la hizo una mujer que he
querido, que todavía
sigo queriendo,
atraviesa mi corazón
entero
de ambos lados,
no sangra, no se
cura
simplemente permanece así,
una herida mortal pero
sigo viviendo.
Ruben Mangiagli
©2015