Me quedé con ganas de saber como es
el viento cuando tú lo tocas, si el sol
brilla más si despiertas a la mañana a
mi lado, y si la luna se pondrá celosa.
Perder por perder perdí todo lo que no
vivimos, y sin embargo gané porque
contigo re-aprendí el amor, entre cafés
de medianoches y alguna canción.
Amor de hombre que me hizo sentir
como un niño que todo lo descubre,
que se sorprende al ver lo que nunca
vio, deseando tocar lo que no se tocó.
Doscientos días juntos, alguna noche
de pasión, un te quiero en cada rato
compartido, un adiós que uno dijo y
el otro repitió, y el dolor que quedo
en un verso inconcluso que escribimos
una noche tu y yo, como preludio de
un final , de una espera, de un cuento
que creíamos era la historia del amor.
Ruben Mangiagli