Cuando la realidad te duele y te hace feliz
es que amas a alguien que no está, que a
veces puedes imaginar tocar, a quien das
un beso en el aire antes de irte a descansar.
Sin embargo no discutes lo que sientes, y
a veces por más cruel que pueda ser, eres
el mas afortunado en tu mundo, puedes y
quieres amar, aun sin abrazar, sin acariciar.
Y tu mente te va haciendo los recuerdos
que serán futuros al poder llegar al final,
a ese lugar donde quieres estar y no puedes
sabiendo que tienes que esperar y esperar.
Desespera la soledad de dos que no van
a dormir en la misma cama, el café de la
mañana que sabe añoranzas, el diario que
cuenta entre lineas del amor que no esta.
Sigues aunque el cuerpo te pese, y las
manos vaciás llenas de tactos adeudados,
se pierdan en los bolsillos, entre monedas
para una llamada que acerca y aleja más.
Es un prueba cuando toca amar así, que
solo puedes superar cuando tu corazón y
tu alma sienten, que a ella le pasa igual,
que te espera, en tu casa, y no entiendes
otra vida sin sus ojos que te puedan mirar
tan cerca de los tuyos, que sientes su aire
al respirar, y ese beso mil veces adeudado
por fin...por fin toca tus labios de verdad.