Soledad de uno nacida de dos,
que parte al medio un corazón,
y simulada crear dos, para ser
mas fuerte y aguantar el desamor.
Éxtasis de pertenecer a la noche
profunda, donde mirar hace que
los ojos duelan, y la memoria se
disuelva como carne muerta.
Invisibilidad ante otros, ser ya
nadie, para ser ninguno, paria
que nunca tuvo nada, o lo tuvo
todo y ahora es vacía esperanza.
Seguir en la inercia de los huesos
rotos, costillas sin coraza y el
cuerpo sin sensación de auras,
ser solo humano sin tener alma.
Y tu imagen en todos los lados,
en rincones que desconocía tú
habitabas, castigo de perderte
por orgullo y quedar sin palabras.
Soledad nacida de este último
adiós, donde te doy la espalda
por amor, para no sentir el más
temido sentimiento, tu dolor.
Ruben Mangiagli.