Dejarte hilos de saliva en la espalda
casi invisibles,
como rocío de amor,
y que en cada parte lleve en el medio
una palabra de nexo
que solo vos y yo conocemos,
entre beso y beso
que el alfabeto frió e ignorante en
letras pueda formar esa palabra,
en el espacio del deseo anhelado
en la espera del tiempo sin tiempos
en destinos jamas escritos que se
juntaron para ser solo un adverbio
de tiempo, ahora.
También darte otras cosas que
soñaste y algunas inimaginables que
en tus brazos podrían revelarse en los
silencios después del amor consumado
y así y solo así, poder decir en el mudo
nudo que une mi piel con mis huesos,
te quiero
más allá de un momento, más acá de
los inservibles pretéritos.
Ruben Mangiagli