Toda mi sabiduría se pierde cuando te veo,
las palabras se escapan en fila y se esconden
muy adentro.
Se diluye el tiempo en los adverbios y todo
que pienso se esconde en la niebla brillante
de mis sentimientos.
Mis manos no responden, no me sale nada
en concreto y mis piernas se quedan firmes
con el resto de mi cuerpo.
Mi mirada que todo dice es la de un ciego
y se oculta tras mis gafas como huye el sol
en los inviernos.
No me queda tinta en el tintero, todo se va,
el hambre, los sentidos, el tiempo y hasta
los caminos extravío.
Así que nada puedo hacer si te encuentro
se van las oportunidades de decirte cuanto
te quiero,
se vuelan con el viento de un día calmo y
llueve en mi, y me empapo de tu imagen
con mi deseo.
Solo me queda esperar un milagro y que lo
demás lo adivines cuando te digo hola, y el
resto lo haga el silencio.
Ruben Mangiagli
© 2013
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Dos. ( hola )
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