No hay tanto , no abunda ni satura
es una fantasía que hace mejor la vida.
No sobra el amor.
No se desparrama en las veredas ni
tampoco hay tantos que se besan en los
bancos de la plazas.
Tampoco se disfraza en los rostros
de los que caminan por una calle vacía,
oscura y desolada.
Es lo concreto en el vació completo
de la nostalgia, algo así como una piedra
filosofal que buscamos
sin saberla encontrar, perdidos vemos
las miradas sin que nos podamos de a
poco reflejar.
No hay amor en un adiós, solo sentir
en cada paso lo que se tenia y se perdió.
No sobra el amor,
y sin embargo jugamos sin pensar
que un día sin querer el ultimo beso va
a llegar, ese beso
que nos cuesta recordar, porque la
certeza de que volveremos a amar se
fue en unos labios
que se separaron en el más temido
acto, ese que nos somete a la soledad.
es una fantasía que hace mejor la vida.
No sobra el amor.
No se desparrama en las veredas ni
tampoco hay tantos que se besan en los
bancos de la plazas.
Tampoco se disfraza en los rostros
de los que caminan por una calle vacía,
oscura y desolada.
Es lo concreto en el vació completo
de la nostalgia, algo así como una piedra
filosofal que buscamos
sin saberla encontrar, perdidos vemos
las miradas sin que nos podamos de a
poco reflejar.
No hay amor en un adiós, solo sentir
en cada paso lo que se tenia y se perdió.
No sobra el amor,
y sin embargo jugamos sin pensar
que un día sin querer el ultimo beso va
a llegar, ese beso
que nos cuesta recordar, porque la
certeza de que volveremos a amar se
fue en unos labios
que se separaron en el más temido
acto, ese que nos somete a la soledad.
Ruben Mangiagli.
© 2013