La historia de Flora y Gatomate. XLVII


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Muerte.

Gato no tiene miedo, pero tiembla, la muerte se acerca, Flora, que es cosa seria está celosa, él sabe que es inocente, que solo tiene ojos para ella, pero no hay juicio, solo condena.
La noche es clara, hay luna llena, todo se refleja, brilla entre sombras la escopeta, está cargada, Gato escondido siente que le crecen alas, como un angelito que ya se prepara para ir al cielo de los felinos, imagina su entierro, su lapida, aquí descansa Gatomate, fiel esposo y compañero asesinado por los celos de su amada Gata en una fría madrugada.
Pasos, no hay miradas, no hay indulto, en realidad no hay nada, solo silencio y una Gata que dispara.
Gato cae de espaldas en la terraza, giran las estrellas, las ventanas, los toldos se esconden y las sogas se desatan, lo alcanza una lluvia de balas que no son balas, son los besos de su gata, y muere de amor, porque al final sabe si tienen que morir morirán juntos, de la mano, como dos personas que se aman.

R.M




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