He amado tanto que a veces
estoy cansado,
mis manos ya no son las mismas,
y mis ojos están agotados.
Algunos sueños admito fueron
reales, casi consumados
otros que ni siquiera empezaron.
No recuerdo haber sido el amor
primero de una mujer,
y la verdad
no importa tanto.
Tengo un estigma extraño, que
para algunos puede ser
una suerte,
algo que se envidia sin saber el
insólito resultado,
por mi labios pasaron besos de
hermosas señoras
y tuve el placer de gozarlos,
pero siempre fui el penúltimo
amor de todas,
el que no se queda a su lado, y
ya no cuento las mañanas que
me despierto solo
deseando por una vez ser el
ultimo amor
de la mujer que amo, y así
arrinconado en sus
caricias
sumando instante tras instante,
dejar que el tiempo pase muy
despacio.
Ruben Mangiagli.
© 2014
No Comments
El último.
.