Se cruzaron las palabras como espadas,
en forma inesperada,
atemporales,
como mariposas que nacen
por la noche
y mueren por la mañana.
Los no siempre eran si, y los quizás se
escapaban, nunca
encontraban su lugar,
fuimos todos los verbos sin
pronunciar.
Hasta que un día un no fue no, y cada
palabra formaba
una costilla nueva que
apretaba al
corazón,
y los sonetos diferentes desfilaron en
la asonancia de
la negación y no
pudimos negociar, el no
saber fue más fuerte con
la razón,
todo se esfumó en la pagina que jamas
se escribió
y huérfanas las palabras
lloraron mientras un
eco repetía mil veces,
no es no.
Ruben Mangiagli.
© 2014
No Comments
La sintaxis del no.
.