En sus manos.


.

Se posó tantas veces la muerte
sobre mi...
de todas maneras posibles e
inverosímiles,

dejó sus marcas, advertencias
en forma
de cicatrices y dolor que
sentí,

es como un juego, se acerca y
se va, vuelve,
me impregna de su aroma
innecesario

porque la reconozco segundos
antes de su
abismo, de su clara
oscuridad

que seduce mis sentidos y me
hace sentir
el deseo de seguir
vivo,

quizá haya muerto y no quiere
mi presencia
porque necesita a alguien
que no crea,

un infiel a los dioses, milagros
y almas que
no esperan, un ser lúgubre
como la niebla. 



Ruben Mangiagli.

© 2014



Your Reply