La pregunta.


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Ellos estaban en la cama, por prudencia no voy a citar sus nombres, porque la charla fue en su intimidad.
La mujer preguntó levantando la mirada del libro estaba leyendo, de forma imprevista sin razón aparente,
¿Cuanto hace que estamos juntos, que nos conocemos?
El se bajó un poco las gafas de leer para mirarla, también estaba compenetrado en su lectura, y respondió:
Juntos dos años, que nos conocemos algunos más.
Ella entonces volvió a preguntar,
¿ Somos amigos ademas de pareja ?
y sin esperar la respuesta agregó, yo creo que si, confío en vos, sos mi apoyo necesario y parte de mis alegrías, no entiendo ya una vida si no estas a mi lado, sabes mis secretos, mis deseos ocultos, te anticipas a mis gustos, estas siempre que te necesito y cuando no también, sin dudas sos la persona mas importante para mi.
¿ No crees que es así ?
Él respiró profundo y dijo un simple no.
¿ no qué , que no crees sos todo eso para mi, o que no somos amigos ? Volvió a preguntar ella desconcertada.
Que no somos ni seremos jamas amigos.
¿ Pero como podes decir eso? Explícamelo por favor, ya su tono de voz había cambiado, era el tono que precedía a la tormenta, él la conocía bien.
Antes de responder el hombre cerró el libro y se quito las gafas, mirándola a los ojos le dijo:
Mirá, si un día nos distanciamos o nos separamos, no vas atender mis llamadas, vas ignorar mis mensajes, de un día para el otro a pesar me extrañes voy a desaparecer de tu agenda, de tus contactos pasaré a ser un extraño y harás todo lo posible para borrarme de tus recuerdos para continuar con tu vida, y con los amigos no pasa eso jamas.
No hubo tormenta.
Un silencio los envolvió, pesado, lúgubre, era como el anuncio de una tristeza eterna.
Casi al mismo instante apagaron las luces de sus lamparas.



Ruben Mangiagli

© 2014


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