Estaba la niña mirando por el cristal,
la luna no sabe decirle si esa noche
lloverá, pero ella no quiere preguntar
por la lluvia, sus dudas, sus deseos y
su pesar es si por fin alguien vendrá
por ella, si alguien la buscará.
Miraba la niña por la ventana, sin
ver mas allá, su imaginación volaba
y la situaba en un hogar, junto a una
tasa de leche caliente, a su lado su
mamá, que la había buscado, llorado
hasta el dolor de desesperar.
Y la niña ya no pudo mirar, lagrimas
corrían por su mejilla, lagrimas de sal
que mojaban lo que añoraba y nunca
tuvo jamas, ese abrazo de quien te
quiere y no te dejara, y que un gato ya
no sea su única realidad.
Ruben Mangiagli.
Orfandad.
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Un deseo.
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Quiero descubrirte en mi vida,
que la magia sea distinta, de
un lugar que no conocemos
del mismo centro del infinito
universo.
Quiero tenerte una vez en
mis brazos, invadir tu cuerpo,
sentir el deseo de lo que no se
tiene, en la fusión de un solo
momento.
Que mis manos de antiguas
poesías, toquen tus senos y
besarte como nadie lo hizo
e imaginar que puedo ser
tu dueño.
Ruben Mangiagli
Reflejo.
.
Cuando te reflejas en mis ojos, mi mirada es buena,
en tus manos mi obra tiene el sentido del arte, pero
es cuando te deseo y que mi esencia rosa tu cuerpo
mi alma entiende el concepto del cielo y el infierno,
que se encuentra en tus labios y anida en tus senos.
Ruben Mangiagli
Como un cuento.
.
y que vos me queres como te quiero
yo, que la moneda cae de canto, y
la decisión es solamente de los dos,
y entender que la vida es hoy, sin
tu historia, sin mi pasado, y que
todo sea como salido de un cuento
de amor, princesa y sapo que tuvo
suerte de encontrarte sin que lo
sepas vos...
La literatura del amor.
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Logicamente.
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Ruben Mangiagli
Preludio.
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decirte que te quiero, que te deseo.
fe.
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Celos.
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La forma de tu amor.
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Música - poema nro. 3 -
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Déjalo ir.
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Te quiero.
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Soledad partida.
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Querés?
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Estoy.
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200 días.
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Dejame...
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En el espejo.
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Entrega
.
Dejarte hilos de saliva en la espalda
casi invisibles,
como rocío de amor,
y que en cada parte lleve en el medio
una palabra de nexo
que solo vos y yo conocemos,
entre beso y beso
que el alfabeto frió e ignorante en
letras pueda formar esa palabra,
en el espacio del deseo anhelado
en la espera del tiempo sin tiempos
en destinos jamas escritos que se
juntaron para ser solo un adverbio
de tiempo, ahora.
También darte otras cosas que
soñaste y algunas inimaginables que
en tus brazos podrían revelarse en los
silencios después del amor consumado
y así y solo así, poder decir en el mudo
nudo que une mi piel con mis huesos,
te quiero
más allá de un momento, más acá de
los inservibles pretéritos.
Ruben Mangiagli