Una puerta.


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Debí dejar que me quieras, que me
recorras sin reservas,
abrirte una puerta,
aprender a quererte aunque me cueste
y repita mil veces
que no puedo
por las espinas viejas
que laceran mi memoria sin recuerdos,
sin caricias ni besos,
escribirte un poema
aunque se borre de mis manos
y mis dedos duelan
traiciones de antaño
que no se ven
en mi cuerpo con surcos y huellas.

Ruben Mangiagli

©2016

Ciego.


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Te he encontrado en tantos lados, me acompañaste en algún café, en el humo de un cigarro, en el silencio de las separaciones de las palabras, en mis secretos y desvelos, en mis sueños o los tuyos, en un deseo, en un amor inédito que recorre mi cuerpo, pero a veces siento que sólo soy la oscura mirada de un ciego.

Ruben Mangiagli
©2016


Instante, luna y estrellas.


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Naufragaron los miedos mientras la soledad se hacía ocaso, las estrellas hablaron de este amor y la luna se hizo de piel en vos, y en un instante que fui sol nos dimos cuenta que todo el universo conspiró para que volvamos a ser uno hecho de dos..

Ruben Mangiagli
©2016

121.


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Su sonrisa es la ventana por donde mi alma se asoma cuando se queda con ella.

RM


120.


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Montaña de versos, abrazos de sueños ardiendo, vos sobre mi sexo. Y que la puta vida por una vez tenga sentido.

RM

Entre farolas y estrellas


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Te quiero desde mi pies a mi cabeza, desde el cielo a la tierra, dando un paseo por la estrellas o por las calles donde los amantes hacen esquina y brillan iluminados por farolas que olvidaron esperas, de norte a sur, por poniente y.levante, y para ilustrarte un poco más desde donde mi ojos se iluminan con tu.mirada hasta las pecas se esconden en tu escote, entre penínsulas y bahías, en mi alma para toda la vida, en las letras de un poema, en los espacios que completas de un amor que nunca tuvo fronteras ni banderas, te quiero porque te quiero y si esto no alcanza para que sepas lo que resta te lo diré entre besos que alguna vez fueron promesas,


Ruben  Mangiagli
©2016


La traición a la poesía.


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Soy un traidor a la poesía
no entiendo de versos, de métrica
ni de rimas.

Clavo puñales por la
mañana a la desidia de mis palabras
y por las noches curo sus
heridas.

No sé nada del amor ni
de la vocación de morir en prosas
de
eterna lejanía.

Solo le escribo a ella,
y entre prosas la amo, desde mis
dedos
hasta el fin

de un tiempo que
se escapa casi sin saberlo en esta
traición cobarde
y de orgullo

esperando un te quiero
que no llega pero que intuyo en
cada momento,

pero si sigo escribiendo
sé que la pierdo y sino no lo hago
ya no la tengo.


Ruben Mangiagli

©2016

La muralla.


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Hay solo silencio en la muralla,
una reja de acero corta
los vientos,

vacío y hierro cierran los cercos,
palabras que no valen
perturban

sentimientos
sedientos de afectos que pueden
mover

el tiempo quedan envueltos en
la quietud cubierta
de miedos

mientras manos que no aferran
desesperan lamentos
mudos

que se escapan entre los dedos.


Ruben Mangiagli
©2016





De formas y palabras.


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Por la belleza de una mujer
los primeros hombres
pintaron cavernas,

lienzos y capillas,

buscaron constelaciones con
formas femeninas,

derramaron los mejores vinos
para evitar el olvido,

se compusieron canciones,
odas y poemas.

Cayeron reinos, se exploraron
tierras, se hicieron puentes
y esculturas,

se abrieron puertas,

por mujeres como vos la
locura se hizo palabra

en libros y novelas,

o en esta poesía que al
final solo cuenta
de tus formas

que me excitan y alteran
mientras mis

manos escriben tu silueta.


Ruben Mangiagli
©2016








Irresoluta.


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Una nada que completa un vacío
de todo,
la maldita distancia que provoca
conocerte y hace
de la cercanía una lejanía
de utopías
no cumplidas,
como estrofas obsoletas de una
profecía que se
repite mil veces hasta
ser cierta por tanta mentira.

Silencio de un siglo o un día y
palabras de hielo,
una parte es un agujero en el tiempo
y la otra, esas silabas unidas que
lastiman, cortan,
laceran las frases como una nota
oculta de una sinfonía
que nadie
escucha entre ruinas de flores
jazmines y girasoles
que son ahora
suspiros mudos de memorias.


De tanto saberte aprendí a no conocerte,
y vos de tanto esperarme
a que jamas llegue,

reversos de versos no escritos
que fueron sentimientos,

todavía nos queda una pregunta, y esa es
la incógnita irresoluta

¿ Qué hacemos ahora si el amor es verdadero ?

Y sin respuestas morimos por
miedo a comprobar
a que sea cierto.


Ruben Mangiagli
© 2016








Serendipia


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Descubrimiento o hallazgo realizado por accidente, casualidad, inesperado y afortunado, de cosas que no se están buscando .

A veces, muy pocas, nos preguntamos si somos realmente las decisiones que tomamos, si existe la suerte o el destino, si es verdad todo está escrito y solo seguimos un hilo que llamamos vida y nos dejamos llevar.
Si la felicidad depende de eso y no de lo que hagamos para conseguirla.
Puede que en sea una mezcla de ambas, en una proporción exacta de formulas que desconocemos pero existe, o solo algo que necesitamos creer, para justificar las acciones y los giros va tomando nuestro camino.
En todo caso es algo subjetivo y personal de cada uno, por lo que no hay un manual escrito que nos enseñe como vivir.
Yo creo en las señales y el esfuerzo, en los mil imponderables que sufrimos y a pesar de todo seguimos el camino que queremos, y eso que a veces inexplicable que nos conduce a lo que deseamos, la suerte buscada.
Somos ansiedad y paciencia, soledad y compañía, una búsqueda que pocas veces termina.
Es probable que en el amor suceda así.
Puede que ella sin saberlo llevaba mi nombre escondido entre sus constelaciones de pecas, o que yo haya respirado el suyo en un café de junio entre una primavera y un otoño en otro punto de la tierra.
Lo demás depende de nosotros y de lo que seamos capaces para estar y seguir juntos.
Pero todos los días tenemos señales, tenues o fuertes, sutiles o estridentes que nos guían hacia lo que debemos hacer, es decir todo, para ser felices.
Al final en lo único estoy seguro que está escrito es en sus ojos cuando me dice que me quiere y en mis palabras cuando respondo que siempre la he querido.

Ruben Mangiagli
©2016


La libertad de la letras.


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A través de la noche más negra
que fue desde el silencio 
al olvido, que se
rindió a un destino no escrito.

En un presente que regían cada
una de las circunstancia
permanecí erguido,
con mi cabeza alzada, de pie,

porque sigo siendo el dueño de
cada día que vivo,
y los errores que recuerdo
fueron pagados con precios

que no sangraron, pero dejaron
cicatrices en mi
cuerpo, inmovilizaron
mis manos, la verdad negada en

cada acto que aun así defendí,
no doblegaron mis rodillas,
porque mi libertad se
mide en estrofas que sea hacen

poemas si puedo seguir amando.



Ruben Mangiagli
©2016


Insensibilidad.


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Hay una soledad que me recorre
que esta dentro
y no se quiere ocultar,

una ausencia en un día como el
de hoy, pero que no
es uno más.

Una carencia, esa caricia que no
está,
corporal, acidez visceral,

manos que no abrazan que casi
marcan
mi acentuada insensibilidad.

Un lugar que no existe, la mesa
con un plato de más,

borradores de palabras que nunca
se van a pronunciar.


Ruben Mangiagli
©2016

UN TRATO.


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HAGAMOS ALGO,
VAMOS A QUERERNOS COMO PODAMOS

SIN CONTRATOS,
PORQUE NUESTRO AMOR ES MÁS QUE UN
PAPEL FIRMADO,

SUPERA LO HABLADO,
LA FANTASÍA QUE SE NOS ESCAPA DE LAS
MANOS.

SI TENEMOS GANAS,
NOS MATAMOS A BESOS EN CUALQUIER
LADO,

Y SINO NOS QUEDAMOS CALLADOS.

SABES ME CONMUEVE
TU BELLEZA QUE SUPERA A LOS AÑOS,

QUE SOS LA PINACOTECA
DE UN ARTISTA QUE JAMAS PINTO UN
SOLO CUADRO.

Y YO PUEDE QUE UN TIPO AFORTUNADO.

ASÍ QUE SI TE PARECE
BIEN LO ACORDAMOS:

NOS QUEREMOS PARA HOY , PARA EL
LUNES Y UN SÁBADO

EN JUNIO, NOVIEMBRE, EN FEBRERO Y
ALGUN DIA DE MARZO

Y EL TIEMPO QUE FALTA INVENTAMOS
QUE NO HAY

NADIE MÁS EN EL MUNDO
ENTRE
MIRADAS Y GEMIDOS ADORANDONOS.



RUBEN MANGIAGLI
©2016


Identidades. ( Un recreo en mis letras )


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Hemos inventado nombres,
juegos y diccionarios,

Puede sea de locos que en
realidad están cuerdos,

Lola, y sus agregados que
asoman despacio,

Sara, la instigadora q
ue en
ella lleva historias,

Inés, retrograda y purificada,
la religiosa,

Zoé, lo prohibido, algo tan
nuestro e intimo,

Juegos de costado, arriba y
boca abajo,

Nombrame como quieras y
estaré dentro y afuera,

usemos las palabras que no
tienen significado,

pero al final de cuentas solo
eres Victoria,

nada más,
ni nada menos,

la mujer me corta el aliento
cuando la veo,

la poesía de mis versos, mi
mejor deseo,

la fantasía y realidad que sabe
recorrer mi cuerpo.


Ruben Mangiagli
©2016



Entre letras.


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De cada parte de ella elegí una
linea de amor
que tiene que ver con colores,
instantes, sabores propios y extraños,
con mis manos, las suyas u otras
que no escriben
pero rodean,

Se cruzan y entrecruzan curvas
que simulan arcos de
gemidos y lagrimas,

dolor, ansiedad y deseo rigen
un poema escrito hace tanto tiempo
que termina en la
entre luz de
una puerta abierta

de miradas no estuvieron pero todas
cuentan
de orgullos y admiración,
de una forma de amor que solo
conocemos ella y yo.

Se dilata hasta la extenuación
el tiempo y un cuerpo
en su centro
redondea formas
para que desde las palabras
la expresión
no encuentre frases que
sirvan a una excitación,

Un trazo grueso y largo de blanco
y rosa invade una historia

sin identidades
mientras una abundante lluvia
se apropia en el final

de una boca que no pudo decir
que extrañaba los versos

mientras los verbos
caían silenciosos entre dorados
y un
abismo pálido y

mudo que necesitaba

de una promesa incierta pero
verdadera de volver a un lugar

donde la quieran entre los espacios
del latido de un corazón
y unas pocas letras.


Ruben Mangiagli
©2016


Si un día.


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Aun quedan restos de la sombra de
de mi soledad
en el umbral por donde
solía pasar de
esa calle que se parecía
a tu nombre
y no me atrevía
a pronunciar,

a pesar de los abetos los quieren
ocultar
permanecen como un recuerdo de
lo que algunas noches
no puedo olvidar.

Todavía la historia saltea capítulos
de los que no puedo
hablar,
esos del desamor, culpas y
responsabilidad,

de manos vacías y amputadas que
no podían tocar.

Y mi mirada se pierde donde una
vez
te perdiste primero,

por eso si un día me ves y no te
veo, puede que nos esté
buscando
en un calendario
de otoños sin veranos
caminando
esos días
tan solo esperándonos.

Ruben Mangiagli
©2016


Escaleras,


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He subido las escaleras por vos,
esas que nadie ve pero solo sienten tus pies,

escalón por escalón que tenían
tantos nombres diferentes, pero no me cansé,

mis pasos creían en nosotros en
lo que habíamos sido, en todo lo que no fue,

doblé mis rodillas y esperé entre
recuerdos me inundaban pero con toda la fe,

No sabia por momentos si solo
subía hacia algún lugar mi cuerpo desconocía,

o no avanzaba y mis piernas
cansadas me jugaban tantas malas pasadas y

aun así espere...

hasta que mis ojos sin mirarte
te vieron, estabas a mi lado sin saberlo yo,

desnuda de miedos y dolor,
habias subido tus escaleras desde un adiós

y todo el cansancio de tanta
soledad se esfumó, en un libro de una palabra,

que me dijiste se llamaba amor.



Ruben Mangiagli
©2016


Presente.


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Me recorre un suave temblor
en mi interior

te reconozco, sos vos,

una visión de letras mayúsculas
rodeada de una historia

que al final fue de los dos.

Puedo verte sin saber me ves,
me miras
aunque no esté.

Tus manos hacen figuras que el
tiempo no olvidó

y la lluvia de viejas estaciones
que te empapan

no sabe que aun esperas el sol.

Y todo llega sin olvidar lo que
fuimos,

entre nuevas películas de otra
forma de amor

uno contra uno,

que nunca fueron dos,

mientras los presentes pulverizan
tanto dolor

que nos alejó,

y esta felicidad de sabernos en
cada rincón

de jazmines que antaño fueron
un girasol,

en un verano se acerca para no
irse sin amar

mientras las letras completan
una biografía

de tantas vivencias en el nombre
de un sentimiento

que fue más fuerte que un nunca
y más duro que un jamás.



Ruben Mangiagli
©2016


Corpóreo.


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Tengo la piel desnuda de atuendos
y antiguos reinos,

con cicatrices visibles de los riesgos que he
asumido, como mapas
mudos de caminos
que se cruzaron
con la muerte y no sucumbieron,

en mi rostro los surcos por donde
pasearon los ataúdes
de los malos recuerdos,
esos queremos
olvidar pero igual se reflejan en los espejos,

mis manos que todo lo tocaron
y que nunca escribieron
sobre lo profundo
que siento por miedo
a que mis
dedos se queden solo como lapices de huesos

aun deben caricias de intangibles
tactos de desvelos,

bajo mi pecho aunque no se
vea, mi corazón que
te espera
para latir a ritmo con
el tuyo en una
buena nueva de vida que recorra mi cuerpo,

tengo la piel desnuda para que solo
vos la vistas de besos.

Ruben Mangiagli
©2016