Ya no vales la ausencia, ni la espera,
ni siquiera que me pierda en
tu mirada ausente en mis ojos
y grabada entre mis cejas.
Ya tampoco tengo tantos desvelos, ni
se me escapan suspiros
cuando respiro
y sean la única melancolía breve que
queda de ese amor
que se hace tristeza que duele cuando
la copa aun esta llena y se vacía
quedando completa de soledad que
me desespera,
no vales ni una puta palabra de este y
de ningún poema,
pero eres el precio de mi condena,
aunque no te quiera,
aunque te quiera,
sigues presente en todas mis letras.
Ruben Mangiagli
©
2014