Mirar el reloj al revés
y que las agujas
susurren
el tiempo hablando de lo nuestro,
y que las agujas
susurren
el tiempo hablando de lo nuestro,
no pasar las hojas del calendario
por miedo a que de tan
finas se rompan
o te corten los dedos,
por miedo a que de tan
finas se rompan
o te corten los dedos,
verte volverte para que no vuelvas,
y darme cuenta que para no haber
llegado nunca
llegado nunca
tardas demasiado en irte,
como un invierno que sigue en
verano,
verano,
o el agua que no escapa de entre
las manos,
las manos,
perduras, existes, te quedas.
Ruben Mangiagli