Si puedes cerrar tus ojos, si puedes abrir tus pensamientos,
imagina,
una carcajada diez segundos antes de llorar.
Un abrazo por la espalda cuando no quieres volver a casa.
Una mano que aparece al cruzar el pasillo a oscuras.
Un aterrizaje sobre otro aterrizaje.
Imagina
un pájaro en la mano abierta. Y cientos sabiendo a dónde vuelan.
Imagina,
no tener que haber muerto para contar que viviste.
Un jardín lleno de flores como metáfora de un cementerio.
Al profesor Humbert excitando a Penélope.
A Lolita esperando a Ulises.
Imagina,
redefinir el orgasmo y suplicar que no paren hasta que te rías.
Me duele algo, y no sé cuál de todos los recuerdos no tenemos
es.