Se
llenó el aire del aliento de los
besos
que no se han dado,
perdidos
sin dueños se hicieron
dolor
en
cada corazón, huérfanos no
se
encontraron,
en
los rincones sin
esquinas
se confundieron
entre
tanto perdón que sabemos
nunca
nada perdonó.
No
quiero saber como estás pero
el
olvido no aparece
y
no tengo hacia donde escapar,
no
quieres saber, ya no te sirve
preguntar
la respuesta
que
querías
adivinar.
No
supimos a los demonios sin
nombres
domesticar,
se
quedaron
en
el desorden, confundidos se
quebraron
por
la
mitad,
una
parte
para ti,
otra
para mi,
y
nos mantenemos despiertos en
sueños
para que no
se
vuelvan a
buscar.
Ruben
Mangiagli.
©
2014