Me sorprendió este domingo,
entre cajones revueltos,
estanterías y escritos,
entre tanto desorden tu libro,
leído, releído y
aprendido,
tu memoria en papel dividida
en capítulos que he
recorrido.
Me pregunté por las partes y
vivencias que no habías
escrito,
si acaso el dolor es tanto y tan
seguido que narrarlo
no fue olvido,
que quizá expiarlo te cueste y
es tan intimo, tan tuyo
y de tu niño,
que asomarlo en unas hojas es
querer explicar lo que
pocos han vivido.
Hoy te abrazo de palabras, con
mi alma y te regalo
mi fe,
para que sumes a la tuya y a las
de otras como tú
luchan
contra el tiempo ganando día a
día un poco de vida para
sus hijos.
entre cajones revueltos,
estanterías y escritos,
entre tanto desorden tu libro,
leído, releído y
aprendido,
tu memoria en papel dividida
en capítulos que he
recorrido.
Me pregunté por las partes y
vivencias que no habías
escrito,
si acaso el dolor es tanto y tan
seguido que narrarlo
no fue olvido,
que quizá expiarlo te cueste y
es tan intimo, tan tuyo
y de tu niño,
que asomarlo en unas hojas es
querer explicar lo que
pocos han vivido.
Hoy te abrazo de palabras, con
mi alma y te regalo
mi fe,
para que sumes a la tuya y a las
de otras como tú
luchan
contra el tiempo ganando día a
día un poco de vida para
sus hijos.
Ruben Mangiagli
© 2014