Simple.


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Te quiero en mi vida,
con tus penas,
algunas alegrías,
en la ausencia que marcan los días,
si pudieras aprender
a sumar como yo
que uno más uno es uno
dividido por dos
entenderías que el amor
no elige
ni conoce de matemáticas
solo sabe de
miradas que se buscan toda la vida
y se encuentran
en una madrugada.



Ruben Mangiagli
© 2014




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