Fuiste todo lo que querías ser,
 un mañana con lluvia de verano, el
sentido de estar todos los días en vos,
 
 sabana sucia de una noche de placer,
 mi mejor viaje, un poema de amor,
 el desayuno compartido de mi café,
 
 la fuerza de la pasión que entre tus
 piernas encontró la razón, la luna
 donde giraba mi sol.
 
 La mujer que eclipsó mi dolor y que
 calmó la locura de la soberbia de
 creerme un igual a Dios,
 
 un abecedario donde las únicas letras
 que reconocía eran las de tu nombre,
 mi credo y mi religión.
 
 Un orgullo de hombre que inundaba
 mi piel cuando recorría tus rincones
 y aprendía tu sabor.
 
 Fuiste tantas cosas, que la palabra
 todo es la única que puede contener
 lo que te quiero contar hoy,
 
 solo te faltó una cosa, la principal
 te diría yo, no ser la que acepte una
 tarde negra te diga adiós...
 Ruben Mangiagli.
© 2012
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Casi todo.
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