Recorrerte sabiéndote,
 que me alteres y provoques como una
colegiala, ser tu profesor de anatomía
  de frente y espaldas.
 Examinarte y evaluarte,
  que los ejercicios sean siete y en tus
 notas casi perfectas falles solo en una
  y ponerte un sesenta y nueve.
 Que la alumna supere
  al maestro en el arte de los juegos y que
  tu vientre se adueñe de las
  perversiones del deseo.
 Que tu cuerpo, cada vez me pueda
  más y la imaginación me haga crear
  diferentes manera de excitarte
  y seas marea que viene y va
 en el vaivén de tu cintura que
  me sabe galopar y vaya de lo salvaje
  a la más profunda paz,
  juntando fuerzas para recomenzar,
 y que termines inundada con 
 olas de mi blanco mar, y mi boca te
  de las gracias por ser tan mujer en
  un beso de plena felicidad.
 
 
 Ruben Mangiagli.
© 2012
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La alumna.
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