No voy a decirte las ventanas abiertas, porque ya
las conoces, supiste ser el rayo de la mañana que
se espera en el ocaso que es mi alma.
Deberías haber aprendido ya, conocerme un poco
más, o intentar no saberme mucho para que puedas
improvisar y no pensar tanto.
Sabes bien que no puedo saciar toda tu necesidad,
aunque lo intente, aunque yo sepa esperas que mis
actos sean consecuentes con lo que hago.
En cambio tu eres dueña de toda la magia, conoces
lo que me cambia el día, mis primeras necesidades,
que son un simple te amo.
Eres mi diosa y lo sabes, lo tanto tiempo esperado,
mi Venus, pero no seas estatua porque extraño tus
manos para que puedas decirme,
en todos tus poemas lo que no te sale hablando, y
que me cuentan lo que ocultas y callas en orgullos
como los míos, separándonos.
Deberiamos rebelarnos contra nosotros, reconocer
que la inteligencia y el arte de hacernos daños, es
la manera mas fácil de extrañarnos.
Ya no firmemos mas tratados, ni acuerdos ni ningún
pacto, somos los maestros de no cumplirlos, mejor
dame un beso, rindámonos.