Archive for enero 2019

La mirada de mi padre.


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Esa mirada,
las miradas,
todas tus miradas,

la de amor cuando llegabas de trabajar
y después de la cena me subías
a tu regazo sin protestar,

tus ojos que veían volar el primer barrilete
que armamos un domingo
y me decías , “mira negro
ni las nubes lo pueden parar”.

El reflejo de tu ira cuando llené de barro
el portal de la vecina por
no devolverme mi pelota preferida
que me regalaste una Navidad.

Tus consejos que me dabas sin casi
parpadear, “sé siempre
un hombre,
más aún en la adversidad”.

Tu abrazo largo mirándome
cuando terminó una guerra absurda
lleno de piedad.

La cubierta de lagrimas, la única vez
te vi llorar, cuando estaba
tirado en la camilla de un hospital destrozado
por un accidente
que luego jamas queríamos recordar,

Esa, con destellos de felicidad
cuando te dije que yo iba a ser padre y nos
emborrachamos para festejar.

Y la última tres días antes te vayas,
con suerte a un lugar mejor, ese lugar
que esperamos estén
las personas amamos de verdad,

y me dijiste mirándome con tus
ojos marrones mezcla de tierra
dura y de bondad,

“se bueno, es lo único que importa de
verdad”.

No sé donde habrán quedado tus
recuerdos, pero algunos
de los míos están escritos acá,

y por cierto si pudiera verte de nuevo
aunque sea solo una vez más
solo te diría,

-Papá, te he extrañado todos los días
desde que no estás-.

Descansa en paz.

Ruben Mangiagli



Todo.


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A través del velo de mis ojos
aún siento las llamas que danzan en la hoguera
de mis recuerdos,
entre destellos sin tiempo
que cubre una noche con luciérnagas
de resplandores de lunas sin cielos,
son el ayer, los años, la vida,
la arena, el mar y el viento,
que traspasaron
la tierra de mis sueños,
esos que nunca se cumplieron.

Todo penetra al mismo tiempo en mi mente, a una velocidad lacerante, de vértigo.

Todo es al fin hermoso, lo malo y lo bueno.

Todo lo que ha sucedido es violentamente bello,
como la locura que reina
en lo que hago
cuando esta ceguera de sentimientos
abruma mis manos
de ausencias sin duelos,
de amores que nunca lo fueron,
mientras mis pasos me alejan
de mi sombra que es de
carne y huesos.

Ruben Mangiagli.



Estoy en mi mejor edad.


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Suficientemente viejo para saber que es lo mejor.
Suficientemente joven para que algunas cosas no me importen.
Suficientemente experimentado para hacerlo bien.


RM



Eternidad.


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En la eternidad es donde no existe el tiempo.
Nada puede crecer. Nada puede ser. Nada cambia.
Así que, la muerte creó el tiempo para hacer crecer las cosas que mataría.

Pero por extraño que sea, volvemos a nacer.

Pero en la misma vida en la que uno siempre ha nacido.

¿Cuántas veces hemos dicho lo mismo?
¿ Cuántas veces amamos y dañamos a la misma persona?
¿ Cuántas veces nos enfermamos de lo mismo y nos curamos?
Quién sabe.

Hasta que un día no sanas y te mueres, o se muere o pierdes alguien que quieres con toda tu alma y sigues vivo pero ya no es la misma vida.

Lo que no sabemos es que no podemos recordar esas vidas
No podemos cambiar las vidas.

Y ese es el terrible secreto y destino de todos.
Estamos atrapados en una pesadilla en la que seguimos despertando.



28.


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Amor 
empedrado de tierra,

de agua que perfora la memoria
en círculos cerrados.

Amor
suicida por el resto de mis días

añejo de melodías,

carente de poesía,

lisiado en la misma melancolía.

Amor
de noches sin días,

corona de espinas que lastima,

cansado de sangrías,

de historias infinitas,

sin estrellas, sin luna, sin gatos,

Amor
por el amor mismo,

que se mata con cada palabra

y me arrastra

al momento exacto donde nunca
me has querido.

Ruben Mangiagli.



Amé.


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Amé, es verdad,
de diferentes formas,
cercanas al placer,
caminando por el infierno sin arder.

Amé a muchas mujeres, es verdad,
desde la entrega más
profunda

entre la literatura de las palabras que
se hacían caricias hasta
el amanecer,

pero de todas a la que más amé

fuiste tú,
la que me abrió un nuevo mundo
pero no me quiso

lo suficiente para quedarse conmigo él.

Ruben Mangiagli.


Vacíame.


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Quita todo,
el sabor de tus besos,
el recuerdo de los momentos,
las caricias que dejaron memorias en mi piel,
la palabra dicha, escrita, susurrada en la oscuridad,
lo vivido y lo soñado,
lo que fue y lo que nunca sucedió,
los para siempre,
tus jamás, los tal vez y el quizá,

Llévate todo,
las fotos, por si tu sonrisa me puede volver a atrapar,
los cuentos, las historias, y la poesía
que guardábamos en el desván,
tus motivos y los míos,
los suspiros y los latidos.

Vacíame,
porque si te vas, yo no quiero que vuelvas,

para que el siempre sea siempre
y el nunca jamás.

Ruben Mangiagli.


Siete motivos.


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Mujeres.
Motos.
Licor.
Arte.
Poesía.
Lectura.
Vos.
Aunque el orden de los factores no altera el producto,
yo.

Ruben Mangiagli.



Políticos.


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A quien , a quienes les hablan?

A los saqueadores o las saqueados ?

A las victimas asesinadas, quizá,

pero están muertas, ya no escuchan,
puede que a los inmigrantes ahogados
en el Mediterráneo,

o a los que esperan tras un muro que
del otro lado haya un nuevo mundo,

pero si pasan serán desterrados.

Puede que a los que en nombre de
formar un país destruyen otro, esos
ignorantes que no se dan
cuenta que es el suyo propio.

La derecha es extrema, la izquierda obsoleta.

El feminismo es igual de malo que el machismo
pero claro, queda mal decirlo.

Quizá sea a los dictadores o los paganos,
al cadáver de Franco,
a las abuelas de Plaza de Mayo.

A todos los ricos que tienen nombre o a los
olvidados sin identidad que son
tan pobres que valen solo para un
voto,

que después sera anulado por las leyes de
algún Senado para crear

nuevos millonarios.

A quien , a quienes le hablan los políticos ?

A muchos, puede, pero a mí no,
simplemente,
me dan asco.



Ruben Mangiagli.

Insania.


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La noche solo es noche,
pero si te envuelve y no te deja respirar
es otra cosa
que no sabes el nombre
pero también está llena de sombras de
profundad oscuridad,

Sueño o realidad ?
esa es la pregunta que no sabes contestar,
estas dormido pero
no duermes de verdad

o acaso estas siempre despierto pero no
sueñas lo que puedes recordar,
miras algo que es conocido,
una referencia,
una foto,
recuerdos que no puedas enfocar pero y

si nada es real ?
solo intangibles que nunca
pudiste tocar,
las respuestas son preguntas
que nadie va a contestar,

y te miras al espejo al despertar,
te pareces a alguien vagamente que
conoces desde el primer
momento que pudiste respirar,

pronuncias un nombre, pero nadie responde
puede que sea el tuyo quizá,

el miedo paraliza el reflejo de ese
rostro que ves,
y entiendes lo que es tener miedo de verdad,

porque la locura tiene mil caras
y algunas otras más, pero hoy tiene la tuya,

y nada ni nadie ya lo puede evitar.

Ruben Mangiagli

249.


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He buscado el sosiego en todas partes, y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos.