Archive for marzo 2015

También puedo.


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Puedo decirte que desde que no estas
pienso todos los días en vos,

eso no cambió perdura más allá de la
lejanía y el dolor,

Que te quiero igual, siendo y tal cual
era estando los dos.

Sos todas las agujas de mi reloj y el
tiempo que me sobra de amor,

un calendario que empezó un mes de
junio y no se acabó,

al menos en mis letras que te escriben
del derecho y el revés,

entre horas, con el desayuno y el café.

También puedo decirte que una noche
de febrero morí de amor,

pero un mes cualquiera reviví en letras
que conoces y relees

para esperarte aunque no me esperes y
buscarte aun sin verte,

que me importa un carajo si un día me
quisiste mucho

o si ya no me quieres, si tenes un amor
de consuelo

o si decís que ahora tu corazón tiene en
vos otro dueño,

porque nos conocemos y sabemos que
lo que fue nuestro

no lo puede matar el tiempo, solo quedó
dormido

entre todas estas estaciones de olvido y
malos sueños.

Ruben Mangiagli
©2015



Gato.


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Apilo, leo con atraso,
pierdo letras que desaparecen
entre el mediodía y el
ocaso,

mi imagen queda en
las repisas indecisas de párrafos
que son míos y de
otros.

El tiempo no es tirano
solo son agujas que consumen
la vida sin casi
enterarnos.

Extraño como un gato
de una sola vida escribo parte
de mi historia en
una poesía

que cuanta cosas por
todos vividas, el amor, soledad,
imaginando momentos
de felicidad,
si fueron cosas mías
o no pocos lo sabrán quizá ella
lo lea y vea reflejos
que no están,

mientras yo sigo
trepando estanterías esperando
unas letras la vuelvan
a atrapar,

y que se quede
conmigo porque quiere mientras
le escribo un poema
sin final

con la luna
nueva y vieja, mientras bebemos
un té perdidos en una
biblioteca.


Ruben Mangiagli
©2015


Una estrofa.


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Esta estrofa disfrazada
de la mitad
de la mitad,
con estas ganas de
nada
y todas de vos,
y sin embargo
un quizás que cubre un
adíos
como si no nos
hubiéramos perdido

en esta
espera
que es lo unico que nos
quedó,


Ruben Mangiagli


Entre el frío de las estaciones


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Tengo el fin de un otoño vacio de tu presencia que me da vuelta, el invierno que pasó casi sin darme cuenta y esta primavera que llega donde quizá algun girasol floresca, total no cuesta soñar para poder respirar y todo suceda.

RM



Fotos y nubes.


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Al final somos memorias, como fotos que perpetuan momentos que significan todo, entregas o melancólías, en blanco y negro con un tono de sepia cuando las personas se alejan, estaciones de un calendario o de un tren, un aeropuerto de vuelos que se quedan y otros que no se animan a partir y naufragan entre nubes del quizá, pero a veces por instantes somos pura realidad y sumamos otro momento de felicidad.

RM


Cómo, aun, todavía


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Melancolía de tarde y café sin compañía.

Cómo no voy a quererte
si eres lo irreversible en mi,
el destino que no existe pero es palpable.

Cómo ocultar que te quiero
si te me escapas en letras entre
mis dedos con tantas caricias que te debo.

Cómo no extrañarte tanto
si las noches son infinitas sin tus
ojos de verde tierra que ahora no me miran.

Cómo no esperarte si
jamás te fuiste, te quedaste
latiendo en mi pecho mezclada entre versos.

Aun eres mi viceversa,
la parte que no me completa,
el amor de este día que recorre toda mi vida,

la única razón por la que aun escribo poesía.



Ruben Mangiagli


Inequívoco.


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Decís que a veces te cuesta
encontrarte
en mis letras,
que todo es muy subjetivo,
y no quiero que hayas equívocos
en la interpretación
de este escrito,

está claro que hablo de extrañarte por
partes, por ejemplo
tu mirada y tus ojos de
verde tierra, tus cabellos imitando
el vuelo de un cometa
entre las estrellas,

tu cuerpo, la imperfección de
curvas
que te rodean
donde mis manos querían
suicidarse entre caricias, deseos,
y juegos propios de los
dos sin penitencias.

En un acierto pleno de sentimientos y
memoria clavada
en mi pecho, escribir que
aun te quiero y que como te he
querido a vos fue
inédito,

que si te esperé en todas mis
vidas,
puedo seguir
haciendo, porque encontrarte
fue lo mejor en mi
existencia y los hilos siguen
unidos y atados,

aunque vos no quieras o sí, aunque
yo lo quiera o no,
escribimos nuestra mejor
historia de amor
entre gatos, scons con té y
poemas, y

si te quedan dudas aun, impronto tu
nombre,
Victoria,
y me quedo vinculado a esta
poesía como en todas
las demás donde
respirabas

entre cada una de todas
las estrofas
donde sin nombrarte
existís oculta como ese girasol de
junio que me
regalaste entre la mitad
de mi madrugada
y el final de
tu otoño.


Ruben Mangiagli

©2015


Heridas.


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Tengo cicatrices en el cuerpo
algunas de juegos,
otras mejor ni lo cuento,

son como tatuajes de
historias
vividas que por
suerte puedo narrar,

los mapas de mis tiempos, de
los malos, los buenos
y los que no recuerdo.

Pero la más grande se
escapa
a los ojos ajenos,
es la que llevo por
dentro,

me la hizo una mujer que he
querido, que todavía
sigo queriendo,

atraviesa mi corazón
entero
de ambos lados,
no sangra, no se
cura

simplemente permanece así,
una herida mortal pero
sigo viviendo.

Ruben Mangiagli
©2015