Archive for abril 2012

Abismo.


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Camino por la cornisa de mi propio precipicio,
jugando a que todo lo puedo, inconsciente del

peligro de caer en mi mismo, espiral que vive
en mi cuerpo, que retuerce los no destinos.

Aprendo que al final nada he aprendido, que
todo lo que sabia y que había vivido, estaba
prendido de cabos finos, como marioneta de
muecas que se mueve sin hilos.

Es verdad que debería cuidarme un poco más
y seguir el vértigo pasivo de la suerte que un
día pisó mi espalda, y se quedo mía para mi
mal de mis días perdidos.

Pero no puedo parar ahora, ni desandar cada
camino, ni negar lo que hecho ni he sido, un
hombre que cree cuando sus manos escriben
que esta muerto y sigue vivo.


Ruben Mangiagli



Quiero.


.

Quiero desandar lo que he aprendido,
olvidarme de los recorridos que fui

haciendo por otros cuerpos, que mi
piel nazca de nuevo, libre del sabor
de otros besos.

Poder dejar de lado todos los antiguos
vicios, que la erección de mi miembro
sea como el nacimiento de un vampiro,
virgen en todos los sentidos, habido de
lo prohibido.

Que mis manos por fin aprendan el
recorrido de tu espalda haciendome
un nuevo camino, penetrar tu cuerpo
para quedarme en tu alma, y renacer
en cada suspiro.

Como si fueras mi anhelo más deseado,
el vientre que acoge mi memoria sin
recuerdos, para sentirme tuyo, y poder
ser el hombre que esperabas se cruce
en tu destino.


Ruben Mangiagli.





Abrazo.


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Tengo los brazos trémulos y me duele la carne.
mis huesos que conocen de esfuerzos,
no entienden que por más lo intento no llego,

hago el simulacro y fracaso de nuevo, el
aire en su levedad es lo único que tengo,
un sentimiento que me puede, que es como un
péndulo, que en algún punto me acerca
y después me deja terriblemente lejos,
si pudiera matar la distancia que nos separa,
si lo lograría con un beso, es probable que
no toque tus labios, porque hoy necesito algo
tan humano que me parte al medio, solo
darte un abrazo, que pueda destruir al tiempo.


Ruben Mangiagli
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En negativo.


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Juegas en mi mente, entre recuerdos
ausencias y presentes.


Como si fueras dueña de los espacios
vacíos que llenamos,

es como estar en un álbum de fotos
que no se revela,

una forma de conservar la fotografiá
sin verla,

para no correr el riesgo de perderla,
se queda ahí en tu

imaginación, es la única manera de
conservarla bella,

pero te quedas sin álbum, intangible
manera de tener

una imagen, ordenada en momentos
que fueron felices,

y a sabiendas vos preferís que sea
así, porque perduras

en mi memoria, extraña forma con
la que existís en todos

los momentos y es cuando te pienso
aunque no lo quiero.



Ruben Mangiagli

El poeta.


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Si me llaman poeta no es porque lo haya ganado,
tan solo que a veces con mi letras cuento lo que a
otros les cuesta, no es un don la palabra que sale

de mi mano, son sentimientos que se escapan en
cada prosa de un poema.

Y aunque mi vida se parezca a un verso, no es lo
sea, es más bien mi locura que corre por mi vena,
porque creo en todo en la vida, en el amor, en los
ojos de una niña, soy parte de la utopía y sueños
que parecen quimeras.

Así que si mis palabras te llegan, es porque soy
un hombre simple que se complica, que aun se
pierde por una falda, por un beso, por una copa
entre amigos que ahoga su memoria por querer
como si fuera la primera.

Pero hay una cosa que muy pocos saben, y que
nadie imagina, mis letras tienen dueña, es ella
la que da la tinta a mis ideas, porque la quiero
aunque no me quiera, como aun amo el primer
verso nació por ella.


Ruben Mangiagli






Hilos.


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      Puedo esperarte tanto o mas de lo que te he esperado,
      aunque creas que estoy en otros brazos, que amo a
      otra como te he amado.
      Puedes poner todas las barreras que creas necesario y
      desconocer los caminos y nuestro pasado.
      Lógicamente también puedes decir que todo ha terminado,
      que el amor muere como una flor despacio.
      Pero me sigues buscando, como lo hago yo porque sin
      vos el mundo es todo extraño.
      Negaras en forma rotunda que estoy en tu vida, dirás que
      me haz olvidado, pero sabemos que no es verdad que
      seguimos atados, y aunque yo sea sol de día y vos la luna
      que todo lo ilumina, en algún momento nos cruzaremos y
      el eclipse del amor que fue nuestro, hará el milagro de
      nuevo, porque me amas aunque no lo admitas, y porque
      te amo y no hay otra mujer en mi vida.



      Ruben Mangiagli

Pasos.


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Camino en la inercia de ser llevado,
mis pasos me guían hacia ningún lado,

absurdo camino
que conozco por ser un desconocido.

Como pueden ellos marcar una huella,
si lo tuyos no lo siguen? Es como
querer que la noche sea de día tan
solo con la luz de una maldita estrella.

Inercia que se multiplica en tu ausencia,
que me aleja,
y me acerca al abismo de
mi nada repleta de olvidos aprendidos.

Esos tilos que fueron amigos de los
paseos contigo,
son solo sombra de un otoño sin hojas
con la solitaria luna de testigo.

Y no me quejo de todo lo sucedido,
porque errar es de tontos
y perdonarme no es lo mio,
prefiero ser claro y conciso,

no puedo olvidarte, porque tu
olor, tu tacto caminan aun conmigo,
aunque
tus pasos ya no sigan de cerca los míos.


Ruben Mangiagli



Orgullos.


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Tengo el alma vaciá llena de hastió,
de nosotros, de vos, de mi mismo,

contradicción que me hace humano,
solo soy carne teñida de tu olvido,
necesario recuerdo que corta tu memoria,
con el filo de mis huesos que movieron
mi cuerpo al compás de tus gemidos,
extraña noche de sexo compartido que
sirvió de adiós sin un cariño,
caricias de mentiras para no morir
sedientos de deseos,
como si quisiéramos convertir el
amor en odio, que sirva para hacer los duelos,
interminable encadenado de orgullos
donde aun me quieres y te quiero,
pero es mas fácil el silencio a decir la verdad
porque de esa manera sobrevivimos al tiempo.


Ruben Mangiagli
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Amigos,

( escrito dedicado a mi amigo Diego Chavo Fuchs por su cumple)

Crecimos casi sin darnos cuenta que el tiempo vuela,
vos morreando a todas a tu paso y yo un poco más
lento me la fabricaba verseando.

Es cierto que algunas veces nos peleamos en algún
recreo y que casi nos matamos a palo para terminar
riendo con los pantalones rasgados.

Borrachos hasta el cansancio terminábamos en un
pub cantando la ultima de los Stones entre Martinis
de trago largo.

Partidos de fútbol, vos en el arco, yo corriendo todo
el campo, y gritábamos los goles como si fuéramos
Diego Armando.

Algo estudiamos no? Y trabajamos y lo peor al fin
nos llego el tiempo y nos casamos, nos aguantaron
las mujeres hasta que nos tiraron los trapos,

y entre tantos quilombos y sin un “mango” seguimos
adelante, sabiendo siempre tendríamos alguna falda
para seguir metiendo mano.

Y llego el tiempo en que nos separamos yo en Europa
y vos por donde te llevara el trabajo, ya con hijos que
que de pibes ni soñábamos.

Al final lo único que me queda claro es que cuando
el agua me llegó al cuello, lo primero que veía eran
tus manos.

Y vos sabes que si te pasa algo, si me necesitas, yo
dejo todo y me tomo el primer vuelo, porque sos
muchísimo más que mi hermano,

y que te re-quiero, juntos somos Gardel y Le Pera
y por suerte para nosotros jamas le cantamos a una
“mina” el día que me quieras!


Ruben Mangiagli
 
 
 

Como barco de papel


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Navegan mis palabras como barco de papel,
entre paginas de libros leídos, entre escritos

que nunca fueron creados, como si fueran la
perfecta tormenta que inunda mis manos.

Estrofas que hablan de ti, y los silencios que
separan los sonetos, son como los diferentes
vientos, sur de mi tierra que te espera, como
lo hago yo, firme, seguro de tus sentimientos.

Y cuando mis versos se consuman en el azul
de tus ojos cielo, mi barca encalla en tu ruedo
y se queda en el mar de los deseos que separa
tus médanos de carne del continente de fuego.


Ruben Mangiagli
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Necesito.


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Necesito decirte como te quiero,
desde la tranquilidad de saberte
y que te entiendo, que los ríos que corrieron bajo los puentes
de nuestro destino, completen
su ciclo, como lo hacen nuestros
cuerpos cuando las manos que no saben de esperas, ni entregas,
se entrelazan y resbalan cuando
me besas.

Dejar claro, que el eje de mis
brazos se justifica en tu cintura,
y que no importa tu pasado, ni el mio, que los antecedentes
solo fueron preludio de como
se aprende para ser mejor, ser
la hoja de papel que espera la palabra, y que deja su amarillo
color, siendo ya la poesía que
honra un amor.

Que tus dolores sean los míos,
y tu sonrisa se perpetué en mis
ojos, y si los duelos que llevamos pegados en las espaldas, un día
nos quieres partir en dos, sepan
ellos que el sentimiento que nos
atrapa es mas fuerte que pasados fueron incompletos o futuros
inciertos que instalan incertidumbres
y temor.

Decirte que te quiero y no tengo
referencias para comparar un amor
porque cada uno fue único, como ahora lo eres vos, mujer que tiene
mi presente, mi cuerpo prendido
a su corazón, que sostiene tantas
cosas, que es mas fuerte que Dios,porque yo te adoro, eres mi credo,
mi única religión.





Ruben Mangiagli




Cerca.


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Que cerca estoy de ti cuando me dices te quiero,
mi cuerpo huérfano te reconoce entre los latidos
de mi corazón que estaba muerto, inerte carne 

 que latía entre mis costillas partidas que servían
de coraza maltrecha a desamores de otra vida.

Es como caminar entre farolas encendidas en la
calle un mediodía, que brillan sin que nadie las
vea, pero aun siguen prendidas, para anunciar a
quien quiera verlas que por fin eres miá.

Ahora si puedo cambiar el gris de los arcos iris,
que era tan inútil como mi sol de medianoche,
donde mis palabras que tanto buscaban los
destinos, esperaban el día que tu camino al fin
se cruzara con el mio lleno de barro y hastíos.

Mis manos que te tocan aprenden tu cuerpo y
mis sentidos llenos de alertas te esperan en la
noche para hacerte miá, y perderme en tu piel
que me puede y compromete,

me entrego rendido, sabedor que ya no tengo
que buscar lo que creía perdido, ser de nuevo
el hombre que ama una mujer sin esperar que
la vida le de revanchas, descansan en tus ojos
azules mi carne y mi alma.


Ruben Mangiagli



Tu nombre.


.


 He aprendido los diferentes significados
de las palabras que me ayudan cuando
escribo.

 Adjetivos que al menos pueden parecer
cercanos a lo que quiero contar cuando
te veo.

Verbos que movilizan mis sentidos, en
los momentos en que tu cuerpo se une
al mio.

Adverbios que marcan mi vida cuando
te extraño, y la distancia es tanta que se
me escapa.

Pero hay una aun no comprendo, porque
tiene esa ascendencia en mi pensamiento,
tu nombre.

Belleza que resume las partes de mujer
que en vos veo, o cuando en las noches
te recuerdo,

En la memoria que es presente en mis
sentimientos, que te quieren aun sino
te tengo.

Armonía que unió mi mente, mi deseo
y mi alma que se quedaron fundidos en
tu falda.

Es así como entiendo tu nombre porque
no lo sé hacer de otra manera, básica ,
pero verdadera.


Ruben Mangiagli
 
 
 

Decirte te quiero.


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No entiendo los silencios quebrados,
esos que forman como si fueran los
círculos de un mundo paralelo, en el

que solo puedo susurrar te deseo en
el más inexpugnable secreto.

Prefiero expresar lo que siento en la
voz firme que me da mi certeza, sin
ocultar lo que tengo, no quiero ser
marea alta que solo llega de noche y
viento sin destino ni dueño.

Es como ser adyacente en un angulo
muerto, sentirme que soy un mapa
vació de montañas y ríos, un camino
sin destino ni señales que termina en
un abismo infinito.

Sé dirás que no son buenos tiempos
y que aunque no te lo diga te enteras
de lo que siento, pero tengo espinas y
huesos que lastiman mi garganta, sino
puedo decir al menos...,

que te quiero.





Ruben Mangiagli.


Tus piernas.


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Quizás la felicidad tenga muchas formas y
que este de diferente maneras, abstractas,

otras concretas.

También quizá sea una cuenta simple, algo
así como la sumatoria de momentos que
parecen eternos.

A mi me pasa un poco de todo eso, pero de
una forma extraña entre tus piernas, lugar
que pierdo mi consciencia.

Triangulo con vértice de placer, donde mi
cuerpo justifica su existencia y se pierde
sin condenas.

Cuando abrazas mi espalda con ellas, yo
me siento fuerte en la debilidad de todas
las formas de entrega.

Bendita sean tus piernas, donde ser feliz
para mi fue tan simple, que de pensarlo
mi sexo se despierta.


Ruben Mangiagli.



Inevitable.


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Como si fueran cosas del destino nos fuimos acercando, creyendo
que lo inevitable podría no haber pasado, algo así como jugar con

fuego sin quemarse las manos.

Nos acercamos tanto que el aire que respiramos casi nos ahoga de
tanto esperarnos, y el sentimiento contenido de años nos desbordo
liberándonos de nuestro pasado.

Desacertada suma que creíamos que resultaba uno más uno daba
dos, y solamente alteramos la ecuación siendo solo uno pero
hechos con las almas de los dos.

No fue la suerte quien nos juntó sino las palabras, las noches de
charlas, donde me contabas tu vida y yo te escondía la miá, y
sin querer esperábamos el día.

Nada tiene que ver el destino si hoy aceptamos el amor, porque
al final nos reencontramos por tanto mezclar tus ojos de cielo
con mi mirada fija en vos.




Ruben Mangiagli




Herida.


.

No sé aun que me duele más, y
si todavía sangro, si el haberte

perdido o el haberte encontrado.

No puedo cambiar lo vivido ni
descubrir los viejos caminos que
fueron pasando a mi paso,

ni borrar las palabras que quedaron
grabadas a fuego en tu piel las
veces que te hice daño.

Por eso no se si el haberte
tenido fue bueno o malo para
ambos.

Fuimos victimas y victimarios
de un amor que planeamos
de antemano.

Como si fuéramos dueños del
destino y soberbios creímos que
todo ya lo habíamos escrito.

Si esa noche te hubiera evitado
hoy tu alma estaría entera y no
partida a pedazos.

Pero fue bueno encontrarte,
egoistamente hablando, porque al
fin sentí lo que es ser amado.


Ruben Mangiagli



Bea ( tu nombre )


.


Por que te quiero, en mi hoy

en mi momento, en el sol que

brilla a la mañana y al caer la


.n
oche cuando me dices te

quiero.


En el jazmín que huele a tu

piel, que crece en mi, y se

queda seco y revive al son de

tus caricias, con el calor de tu

beso.


En mis manos que te buscaron,

que te aprendieron, como se

aprende el abecedario, para así

buscar tus letras y tu nombre

eterno ( Bea)


En la sonrisa que se instala en

mi cara, que hacia años ya no

estaba, y como arte de magia

tu risa se contagia en mi boca

gastada.



Te quiero desde hace años y yo

sin saberlo seguía siendo como

un extraño, que te añoraba en

mi alma, tanto, que me dolía el

cuerpo.


Y hoy en lo tangible de un vuelo

en lo surrealista de la historia que

parece salida de un cuento, te digo

llego una mañana de sábado, y te

llevo


mi corazón, y dejo mis sueños en

tus manos, que es donde siempre

quisieron estar, renovados en tus

ojos negros,que desde siempre me

esperaron.


Ruben Mangiagli


Despetar.


.

Si pudiera despertar una mañana
en aquella mañana donde te vi
al lado en la cama, pararía el

tiempo cubriéndolo de sabanas,
y al quedar tu cuerpo desnudo
podría revivir la experiencia de
volver a ver la mujer mas hermosa
que jamás vi, y como penitente
que sabe cometió un grave error,
borraría todo lo malo que te dije
como un acto de constricción,
porque podrán amarme otras
mujeres, pero nunca me amaran
como lo hacías vos.



Ruben Mangiagli.


Iluminado.


.

Cuando me preguntan por el amor,
yo me pregunto, porque creen que

lo sé yo?

Que consejo puedo dar, si apenas
me conozco en esa situación, no
hay norte ni razón.

Si me preguntan por la vida, no
tengo nada que agregar, salvo que
he vivido y ya está.

Y eso que leo mucho, por demás,
pero hay temas que ni los libros
saben explicar.

A veces pienso que las palabras
error y dudar las inventé para así
saberlas usar.

No hay nada que yo pueda aclarar,
es verdad que sé el significado del
verbo amar.

Puedo contarte si, lo que es tener
amigos de verdad, esos que sabes
siempre estarán.

Por todo lo demás, de amores que
se fueron o que están, es personal,
solo mio y de eso

como hombre que soy, prefiero no
hablar, porque me respeto a mi y a
a las mujeres supe amar.


Ruben Mangiagli.


Hombria.


.

Si tuviera que elegir el vivir con o sin vos,
no se lo que haría, 

 porque mi hombría se impregna de todas
tus partes femeninas,
y mi alma que no tiene sexo ni color toma
de vos tus formas sin pudor.

Porque mi cuerpo no es carne sin tu amor,
y mis huesos menguan
en los rincones de mi soledad antigua en
los lugares que tu ser
esquiva su visita, y mis pasos se pierden
en una espesa neblina.

No creas que estoy loco cuando escribo
estas palabras que
son una sincera confesión de parte, sin
testigos ni letrados,
tan solo dejo claro que con vos soy mejor
un hombre que ama, da su corazón.


Ruben Mangiagli



Puente.


.

Si pudiera entrelazar mis caminos
para que no sean varios y no haya
la opción de atajos de licor y vino,


que por un instante olvide el sabor
agrio de mi dolor aprendido, tener
el vaso vació de duelos sin sentido.

Mirar lo que no veo, entender que
los momentos pasan si no sé como
ver los pasos que fueron perdidos.

Debería tener un puente que cruce
los abismos que me separan en los
días que tanto añoro estar contigo.

Tal vez, cerrar mis ojos marrones
de inviernos y poder dormirme en
los sueños que no tienen destino.

Que seas tú mi estación de llegada
y que me digas bienvenido mi vida,
este es el lugar que tanto buscabas.


Ruben Mangiagli






Tiempo.


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No sé donde va el tiempo cuando se pierde,
porque no recuerdo haberlo extraviado.

Tampoco supongo lo he ganado, creo no es
algo que sea un premio logrado.

Su paso va formando recuerdos que se van
apilando sin ser clasificados.

Como pueden decirme que el tiempo se va
si miro tus ojos claros?

No puedo retrocederlo ni adelantarlo, exacto
reloj que no da descanso.

A veces solo la sensación que las horas son
minutos sino estas a mi lado,

otras, cuando te extraño, las agujas marcan
eternidades a cada paso.

Mi tiempo es hoy, eso lo tengo claro, ayer
es pasado, y mañana no ha llegado.


Ruben Mangiagli.



Poemas.


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Alrededor del poema otros pequeños poemas
a medio nacer de los que no salió más que un

adjetivo o una mayúscula,

son las pruebas de mis momentos inconclusos,
donde el silencio me puede porque se atenaza
a la razón que domina mi corazón.

Ahí están las palabras que te adeudo, que no
saben de ausencias porque jamás salieron,
son semillas que no conocen huerto.

Ojala pudiera decirte lo que siento, sin que las
rimas se me atraganten en el pecho, seria
bueno respirar y decirte te quiero.

Pero habrá que esperar el día que mis versos
que se forman de silabas que no soy dueño,
liberen mi vida para que sean sueños.


Ruben Mangiagli.


Locura.


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En la estática quietud de mi locura,
que va moviendo mi vida, te espero,

ya sin saber como decirte te quiero,
como un idioma que es ciego, y mi
cuerpo preludio de muerte que va
andando sin que nadie lo desee, sin
alma vendida quisiera inventar un
abecedario de mi delirio sin final.

Es mi espalda la que me pesa, que lleva la carga de imaginar.

Y mi columna que brota de espinas
me flagela en la distancia, y el reloj
avanza ignorante del daño que causa
en los orgullos de las suposiciones
que no tiene dueños ni banderas, la
luna desaparece para ser luna nueva.

Mi piel que guarda tu memoria, te invoca con o sin certeza.

Mis manos, huérfanas letras, juegan
entre ellas, entrelazan el vació de lo
que no existe, y ni el agua pueden
retener, porque sin ti se hace hielo
que quema mis dedos, y las palabras
que un día fueron claras, van y vienen
encliptadas de los códigos que al final

son solo símbolos de lo que fue y de lo que hoy es casi nada.

Y mis pasos que me alejan despacio
aceleran tu perdida, las huellas se
borran sin dejar señas, desconcierto
de ideas que solo se resumen en una
palabra, extrañar, un verbo que mata
sin matar y muero sin saber como hay

que resucitar, cierro los ojos, quizá hoy no te vuelva a soñar.


Ruben Mangiagli




La pared.


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No te quedes parada, vení y ayudame
pintemos este muro con los momentos
que vivimos que son tantos y no fueron todos perdidos.

Pinta vos de este lado y veamos como
vamos, si los negros pasan a grises y
los grises después a blanco, y ponemos colores abstractos.

No te quedes estática y comencemos
que el tiempo no va lerdo, que juega
en contra de los sentimientos y que juntos lo venceremos.

Mezcla tu nombre con el mio y si
resulta una entelequia para los demás,
no tenemos nada que explicar, es nuestra vida personal.

Y si me mancho la mano pintando,
ya sabes que un día dije cosas que
no siento, es lo mismo, te pido comencemos todo nuevo.

Si me ayudas quizá podamos estar
mejor y descansar, estafarle a la vida
un momento, y te escribo un verso mirando tus ojos negros.


Ruben Mangiagli.




 

Linda rubia.


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Linda rubia: las otras lindas mujeres
saben que tú eres la más bella entre ellas.
En sueños hice un medallón dorado

con las dos medialunas de tus cejas;
marco de mi retrato en miniatura,
que vi en tus ojos de color turquesa
que las azules alas le robaron
a la mariposa que estaba sin dueña.
esa azul mariposa que en la rosa
lograste al fin hacerla prisionera.
Tú eres la luna medialuna blanca
en mis suntuosas noches de bohemia,
en las aristocráticas fiestas.
-vinos de mieles de Afrodita y Leda-
y hasta en las perdidas noches
del amor rendido
donde te busco en mis tinieblas.
La medialuna es Venus de los cielos
y tú eres medialuna de la tierra.
En tu falda de plata, Medialuna,
voy a besar el oro de tu entrepiernas.



Ruben Mangiagli




 
Ruben Mangiagli.

Habia una vez...


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Y me quedé parado en la frontera del siempre o el jamás,
sin saber que paso debo dar, si vale la pena dejarse llevar,
si mi vida debe estar en un lado, o quizá un poco más allá
y me sentí como un niño parado frente a la vidriera, no sé
lo que debo desear.


Es como caer en la madriguera del conejo en un pozo sin
principio ni final, tener todo el tiempo para pensar, morir
sabiendo voy a resucitar, revivir el dolor que quema pero
no mata, querer tanto algo que se haga realidad, errando
sabiendo me puedo volver a equivocar.

Como si los tiempos se partieran en mi columna, sin saber
como unirlo si el pasado debe ser presente, si hoy debe ser
el principio de mañana y me quedo sin el ahora los días se
van en el laberinto del sentimiento y mi mundo al final es
el cuento que jamas terminará.

Había un vez un hombre que quiso tanto.........punto final.



Ruben Mangiagli.



Necedad.


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Ella conoce mi mente donde mi alma encuentra la palabra,
conoce cada parte de mi cuerpo, 
los sabores que guardo
que brotaban en sus besos,
ahí radica mi vulnerabilidad
y mi fortaleza, que sé bastante de distancias
y también de esperas.

Yo de ella conozco los rincones donde se esconde para no
decir lo que piensa,
que le pasa cuando su noche es larga,
sé de las dudas que dice son sus certezas,
y que sabe de esperas
como yo,
ahí coincidimos como enemigos dentro de la impaciencia.

Nos sabemos tanto, que podemos andar sin mapas y sin
embargo perdernos para poder encontrarnos.

 

 Ruben Mangiagli.
 
 
 
 

Juegos.


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Mientras la ciudad duerme
se acoplan mis manos a tu espalda
fallecen los labios tras besarte
mis dedos fascinados de verdades
despiertan el hambre de atornillar
mi lengua a la ciencia exacta de tu elevación.

ER


Y a los juegos de dos y placeres de uno,
recorro tu piel dejando huellas de besos
que hacen centro perfecto, donde tu cuerpo
se abre en dos y existe un solo adverbio, tiempo,
y ahí los relojes mueren y yo me pierdo, y
detras adversos de cantidad de húmedos sueños.

RM


se estremece terca mi columna vertebral
colgada por hilos de deseo
que apresan y sueldan tu sexo al alma
en la humedad del placer
se desnudan los sueños agitados,
impulsos se evaden , eres mi esclavo y mi dueño.

ER


Aprendí el sabor de tu boca, de tu medio, en
cantidades de lecciones y en diferentes verbos,
que componían melodías de espasmos y de
movimientos cuando abrazas mi celo en tu
interior, cuando pierdes las nociones del te
quiero, y eres solo fuego liquido de infiernos.

RM

Me caigo sobre tu cuerpo abierto ( y yo
me rindo a la invasión y el territorio que
ahora es tuyo te lo ofrezco ), solo somos dos
que parecen mil cuerpos, tantas figuras y
curvas, que al final el tiempo es nada si los
cuerpos se unen en un infinito juego.



ER-RM





 

repaso y error.


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A veces aun te busco en la luna que miramos,
como si ella podría decirme las respuestas de

las preguntas que no puedo hacer, como si en
su brillo aun pudiera leer las cosas que hemos
dicho y que olvidamos por olvidarnos de todo
incluso de nosotros mismos.

Mis labios, que se mojaron con el whisky que
compartimos, entre tabaco y palabras que si
sabían contar cosas de amor, miradas, besos
en una terraza que fue testigo privilegiada de
momentos que solo sabemos vos y yo, sillón
de uno para dos que guardaba

el calor de un verano pero no nos importó. Y
mi boca que como te contaba mezclaba sabor
de tu sabor, fuimos tan intensos y cobardes en
cada situación, que nos desbordamos diciendo
fácilmente adiós, sin pensar, sin pelear, y sin
buscar una solución.

Y así nos quedamos hasta hoy, en una niebla
que nos puede a los dos, llena de recuerdos y
sensaciones adeudadas, como si por haberlas
escrito creyéramos que las habíamos vivido y
no, es un engaño de la memoria, soñábamos
tanto que el presente se nos fugó.


Ruben Mangiagli




Dos versos.


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Puedo decirte que te quiero como quise
alguna vez en un tiempo atrás.


Decirte que eso no es verdad, porque te
quiero desde mucho pretérito detrás.

Que siempre estabas aunque sin saber
me moría por quererte encontrar.

Contarte entre besos y juegos que mi
cuerpo cambia cuando te veo.

Que los amores que he aprendido hoy
al tenerte los voy desaprendiendo.

Mis manos trémulas timbran al tocar
tus senos de luna de invierno.

Quizá sepas que eres mi descanso, mi
mañana preferida de verano.

Tus ojos son mi cielo privado, donde
los míos olvidan el pasado.

Y todo esto lo cuento solamente para
escribirte los últimos versos:

Al final eres mi amor viejo más nuevo
ya que jamas quise como te quiero.


Ruben Mangiagli.



Puzzle


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Tengo todo cambiado, como un puzzle que no encaja,
las piezas que son círculos de pronto son cuadrados.


Son tantas las ganas que estés en mi vida, que los días
van pasando sin estaciones como tren que va retrasado.

Donde mis manos te buscan y mis dedos se estiran en
los tiempos de verbos, y conjugan abrazos esperados.

Continua linea de puntos que me unen a ti, y en todos
los dibujos que completo tu rostro y no puedo tocarlo.

Mis letras se fugan pensándote, y mis versos que no
quieren ya contar otra historia de amor no consumado.

Los pasos me acerquen a tu lado, pero los mapas se
hacen cada vez largos como caminos de tierra y barro.

Aun sé me queda un recurso, la ultima carta del mazo,
darte un beso que resuma este escrito de amor y que

sepas de cada palabra eres la dueña, la mujer que en
instante borró viejos poemas que a otras enamoraron.


Ruben Mangiagli.